En noviembre de 2019, Noemí Pimentel decidió emprender afuera de su casa con un negocio rápido y sano. La pandemia por la COVID-19 la obligó a cerrar las puertas, pero tras la anuencia de las autoridades reabrió Upito Recargado. Es uno de los pequeños negocios que vecinos de la ciudadela La Saiba, en el sur de la ciudad, han abierto en los portales de sus casas o garajes, formando un corredor gastronómico familiar, donde llegan clientes desde diferentes sectores de la ciudad y de otros cantones.

“Desde el día que abrimos fue muy bueno para nosotros, salimos adelante con este emprendimiento”, cuenta con mucha alegría Noemí, mientras un vecino la recomienda por sus productos frescos y por lo que sirven en el sitio: bandejitas, tacos, sánduches de lomo con pollo, papas artesanales.

A pocos metros, Eduardo Astudillo ofrece comidas rápidas con platos similares. Hace cuatro meses decidió también emprender con la carreta de Elvis Burguer, donde llegan vecinos de la zona y de otros lados.

“Esto se hizo movido desde hace un año, eran pocos los locales, pero comenzaron a emprender uno y otro. Hoy en día, desde la casa se hacen los emprendimientos”, comenta mientras señala a lo largo de la manzana Q para arriba, los pequeños negocios que se han abierto sobre la avenida Dolores Sucre, donde las bombillas tipo vintage y banderines de todo color afuera de casas y carretas, le dan un toque festivo.

“Es un sector tranquilo, organizado, bonito y con excelente atención. Así se contribuye al emprendimiento”, dijo el cliente Stalin Cobos.

Otros corredores similares se observan en la ciudadela Los Almendros y Guayasur, donde la reactivación económica va viento en popa.

“Normalmente, los fines de semana hay mayor movimiento”, asegura Richard Sarmiento, quien administra TacoHólicos, un restaurante al que concurren principalmente las familias del sector, pero que ha atraído a clientes de otros cantones. “Yo vengo desde Samborondón... aquí se viene porque es bueno, al frente venden porque sus sánduches son excelentes”, aseguró Carlos Mayorga, mientras observa la preparación del plato especial de la casa: costillas a la barbosa.

Sarmiento describe con deleite los seis tipos de moros que ofrece, una fusión ‘ecuamex’, de comida ecuatoriana con mexicana. Dentro de los más pedidos afirma que están el moro manaba, que lo prepara a base de longaniza, maduro y sal prieta, además del moro guayaco. “Es como antes hacían las abuelitas, que les sobraba menestra del día anterior, al arroz le ponemos mozzarella para que esté en tendencia”.

Anthony Bajaña, quien cocina en Bendito Chef, un local que -aunque atiende desde hace tiempo- forma parte de una pequeña cuadra también llamativa para sus visitantes en Guayasur. Se lo conoce más por las salsas tipo gourmet que ofrecen, de autoría del dueño del negocio, que llama la atención por ese ambiente ecológico que se respira con el árbol que divide el portal.

Según Bajaña, la reactivación económica ha sido muy buena, pero tratan de mantener un aforo del 70 %. “Es más lleno a las ocho de la noche. Hay pedidos a domicilio, todo lo que es el lugar se aprovecha al 100 %. En presencial se atiende a 50, 80 y más de 100 personas, desde las cinco de la tarde hasta las 11 de la noche”, detalla el chef, al coincidir con los demás vecinos, en que el sector es tranquilo y de un gran ambiente familiar.