Clínicas oscuras
En la ciudadela Alborada este es el escenario, por lo que la comunidad espera que se repotencie la luz.Christian Vásconez / EXPRESO

La atmósfera de las clínicas, en tinieblas

Hay luminarias de los parterres y vías que lucen apagadas. Ciudadanos, usuarios y dueños de locales piden más  potencia. Reclaman una intervención

Las siluetas de los transeúntes y usuarios que circulan por las angostas aceras se pierden debido a la oscuridad que se evidencia en los alrededores de diferentes clínicas del norte de Guayaquil. El panorama obliga a más de un ciudadano a acelerar el paso, agarrar con fuerza sus pertenencias o, peor aún, dificulta la llegada rápida que tenga algún paciente que requiera la atención médica o simplemente acuda a su cita agendada.

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Así lo comprobó EXPRESO en un recorrido que realizó por ciudadelas como la Kennedy, Urdenor, Adace y la Alborada, donde las ‘tinieblas’ cada vez ganan más terreno. Los pacientes se quejan, pues además de sus dolencias tienen que lidiar con este escenario que transmite inseguridad. Por ejemplo, en el Tercer Callejón 1B de la doceava etapa de la Alborada, que colinda con uno de los centros médicos, se registran dos luminarias que no encienden desde hace varias semanas, dice la comunidad.

“En una época donde la delincuencia se ha desatado se debe potenciar de iluminación en todos los callejones, calles y con más razón en los alrededores de los hospitales donde acudimos para hacernos atender. Ir a Emergencias implica lidiar con el dolor y la preocupación de estar enfermo y, a la vez, de que te asalten o te pase algo”, se lamentó Fabiola Peñaherrera, quien frecuenta esta arteria y ha notado cómo algunos conductores por poco han sido los protagonistas de un siniestro de tránsito.

De eso da cuenta el taxista José Guzmán, quien como consecuencia de la poca iluminación del sitio tiene que aumentar la potencia de las luces de su auto. “Lo mismo pasa en otros hospitales, por lo que los moradores, dueños de negocios y nosotros, nos vemos obligados a usar reflectores, lo que tengamos a la mano, por seguridad”, relata.

Clínicas oscuras
En el parterre de la calle 11 de la ciudadela Adace hay un tramo a oscuras y las ramas de palmeras tapan la luz.Christian Vásconez / EXPRESO

Aunque las otras luminarias de este punto sí encienden, no tienen la fuerza deseada y algunos postes están oxidados. Entre los residentes hay quienes por la ola delictiva se han visto obligados a colocar cámaras de videovigilancia, pero concuerdan con que el ambiente opaco no sirve de mucho para captar buenas tomas.

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Este escenario se repite en la calle 11 de la ciudadela Adace, donde se levanta un complejo hospitalario, que colinda con varios edificios, entre hoteleros y de oficinas. Allí, al igual que en la anterior zona, dos luminarias del parterre central están descompuestas desde hace varios días. Una de ellas intenta tener ‘vida’, pues la luz parpadea, pero esto es en vano, ya que se apaga a cada minuto y deja en oscuridad a un tramo de la transitada arteria que, pese a tener el resto de postes encendidos, genera temor por la luz tenue que los caracteriza.

Las luces de las luminarias de estas zonas, al igual que en algunos hospitales, se las debe repotenciar, ya que son sitios cruciales y de alta demanda.

Solange Macías, ciudadana

Martín Carvajal, habitante del sector, cuestiona que a esta problemática no se le dé la atención debida y que cada vez más vecinos tengan que colocar luces en sus portales, en un intento de que sus aceras tengan más iluminación. “Esto debería ser una responsabilidad de las autoridades, tanto del Municipio como de CNEL, ver en qué estado están los postes y, en efecto, las luces, y que estas migren a la tecnología LED. Esta zona no es la más segura”, señaló Carvajal, quien evita salir de casa en las noches debido a lo “sombrío” que está la atmósfera.

En el punto, donde suelen deambular indigentes y consumidores de drogas que buscan instalarse en las bases de los puentes, las ramas de las palmeras tapan la luz que emiten las luminarias, por lo que propietarios de negocios aledaños hacen un llamado a la Dirección de Ambiente y Áreas Verdes para que ejecute una poda urgente.

Clínicas oscuras
En la doceava etapa de la Alborada hay dos luminarias obsoletas.Christian Vásconez / EXPRESO

El mes pasado, Mario Guerrón se movilizó, pasadas las 21:00, al hospital que en esta área se levanta y se llevó el susto de su vida. “Mi esposa tuvo a nuestro primer bebé y ante la escasa luz, casi se cae. Todo lo que traíamos con nosotros terminó en el piso. Imagínense lo que fue, teniendo en la mente al COVID. Fue una noche estresante”, se quejó.

ProblemáticaLa baja potencia de las luces no solo hace que la ciudadanía se sienta insegura, sino que también los conductores puedan impactarse con otros. Hay ramas que tapan las luminarias. 

Para el experto en planificación urbana Luis Alfonso Saltos, una de las sugerencias es que el Cabildo establezca una reestructuración a lo que se tiene concebido como regeneración urbana. En esa hoja de ruta, según explica, se deben aplicar los nuevos “conceptos, lineamientos y experiencias en otras ciudades sobre todo en una realidad postcovid”.

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En esta última parte, subraya, la autoridad tiene que generar espacios públicos con diversos usos, que permitan respetar el distanciamiento social, con mobiliario urbano coherente a su entorno, arbolado urbano. Destaca que, asimismo, esto debe contar con la participación ciudadana en la generación del, “proyecto de mejoramiento del entorno de los centros médicos que integre a los vecinos, propietarios de locales, entre otros”.

En la calle Francisco Arízaga Luque, de la ciudadela Kennedy, pinta un poco mejor el escenario, pues si bien las luminarias están encendidas, la intensidad, asimismo, envuelve en un tono opaco al ambiente. Allí se levanta una clínica donde en la calle principal se ejecutan trabajos en aceras.

Ante ello, la ciudadanía espera que el entorno tenga una intervención integral, con luminarias adecuadas y que las ramas de árboles o los ‘tallarines’ de cables no afecten a que la oscuridad se tome la zona.