Zancudo Mikely ecuavóley
Tres jugadores por equipo alinean. No importa la edad, ni la cancha.Miguel Canales / Expreso

Zancudo y Mikely, abanderados del ecuavóley en Ecuador

Los jugadores guayaquileños son requeridos en equipos de todo el país en un deporte tradicional que se niega a morir. Sueños de internacionalización

Son los refuerzos que todos quieren tener. Algo así como los Damián Díaz y Sebastián Rodríguez, pero no del fútbol, sino del ecuavóley. Cuando se los ve por la cancha resultan ser los más peleados, los más temidos y respetados, porque en sus brazos el triunfo de un partido está seguro... Y, por ende, el billete de las apuestas también.

Sus nombres son Carlos Bolívar Castro Albán, o Zancudo, y Brayan Francisco Muñoz Mora, Mikely, dos jugadores de este popular deporte nacional que engrandecen el nivel que muchos otros pueden tener en esta disciplina.

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El miniestadio de ecuavóley del Club 31 de Enero, ubicado en la ciudadela Primavera 2, del cantón Durán, es solo una de las decenas de sedes tradicionales donde se disputa este deporte 100 % ecuatoriano que se juega solo con 3 jugadores.

Previo a los partidos, es común ver a los jugadores hacer lo mismo que los futbolistas profesionales: trotan para entrar en calor, con la diferencia de que tienen como ritual colocarse vendas en manos y piernas antes de saltar a las canchas, que pueden ser de tierra o cemento.

Y es que el ecuavóley tiene jugadores de alto nivel como en el resto de disciplinas, quienes debido a sus actuaciones son contratados en todo el país para reforzar equipos y ganar dinero.

Zancudo y Mikely tienen como protagonistas sus saques, ganchos y estilo para cruzar la pelota, algo que los ha hecho cotizados. Todo comenzó en Guayaquil, cuando Castro se dio cuenta de que era mejor que los demás y los equipos se peleaban por él. Hoy, con 27 años, este guayaquileño de nacimiento revela que conoce todo Ecuador gracias a este deporte y no pierde la esperanza de salir al exterior para mostrar su clase, ya que en Italia, España, Estados Unidos y otros países donde existen colonias grandes de ecuatorianos su presencia es disputada.

Zancudo Mikely ecuavóley
Castro, hábil en uno de los remates durante un cotejo.Miguel Canales / Expreso

Dentro de la cancha, Zancudo es colocador por derecha, sin embargo, cuando no está jugando se dedica a la entrega de repuestos.

A ambos jugadores no les gusta hablar del dinero que ganan, pero comentan que un ‘contrato’ en un equipo que requiera sus servicios bien puede estar en los $ 400, pese a ello, todo depende de dónde se los llevan a jugar.

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“Uno de los lugares más ‘pepa’ para el ecuavóley es Shushufindi, en la provincia de Sucumbíos, en el Oriente. Es un sitio ideal para ir a jugar”, coinciden Zancudo y Mikely.

Los protagonistas se sonrojan cuando cuentan cómo los tratan cuando los fichan. Jamás pensaron ser estrellas en el ecuavóley.

“Una cosa es que te diga, otra es jugar ante cientos de personas o miles, ver cómo la gente te apoya, te grita, te respalda”, acota Zancudo, quien confiesa que durante los partidos la gente le pasa agua, refrescos y que después de cada encuentro se toma fotos con todos, todo como una celebridad.

Mikely, por su parte, de 26 años, es ayudante electricista, un tipo sencillo, pero en la cancha saca todo su potencial. Su juego es tan vistoso que la gente le pide fotos, le preguntan a dónde irá a jugar después, lo siguen. Es una estrella.

“Es una bendición de Dios jugar ‘duro’ este deporte. La gente nos contrata en todo el país, es como en el fútbol, solo que acá vamos para un partido que siempre se transforma en un show, debido a que la gente se mete de lleno para apoyar”, expresa el guayaquileño.