Lejos quedaron los momentos felices, como el título de la NBA en 2019, la medalla olímpica con España o el oro europeo. Ahora, Serge Ibaka solo está pensando en llegar a un buen acuerdo para seguir jugando básquet en cualquier equipo que le tenga un espacio.

¿La razón? Los Milwaukee Bucks le están buscando una salida. Aunque, sin el apuro necesario porque simplemente el pívot no volverá a jugar con la franquicia liderada por Giannis Antetokounmpo.

Shams Charania, una de las voces autorizadas en la NBA, reveló en el portal The Athletic la decisión que han adoptado Ibaka y los Bucks.

Ibaka, de 33 años, ha tenido una presencia testimonial en su segunda temporada con los Bucks tras haber renovado por un año más el pasado verano.

Ha jugado en 16 partidos y ha logrado 4,1 puntos, 2,8 rebotes y 0,3 asistencias en 11,6 minutos de media por encuentro, sus peores números desde que aterrizó en la NBA en 2009.

Ya sea por diferentes problemas físicos o por el gran nivel que está mostrando la rotación interior de los Bucks (Brook López y Bobby Portis están firmando una gran temporada como acompañantes de Antetokounmpo), Ibaka no ha entrado recientemente en los planes del técnico Mike Budenholzer.

Y eso se está convirtiendo en un problema. Su ADN competitivo no le permite seguir en un banquillo, mientras que los altos mandos tampoco consideran necesario el pago de una ficha que no está siendo utilizada con la importancia que se plasmó en el contrato.

Campeón de la NBA con los Toronto Raptors en 2019, Ibaka empezó su carrera en la NBA en los Oklahoma City Thunder (2009-2016) y luego pasó por Orlando Magic (2016-2017), Toronto Raptors (2017-2020) y Los Angeles Clippers (2020-2022) hasta aterrizar en los Bucks a mitad de la temporada pasada.

Nacido en el Congo, pero jugador de la selección española, él también está apuntando al mercado europeo para seguir con su carrera. Ya alcanzó el cielo en la NBA y no quiere quedarse el tiempo suficiente para bajar al infierno.