Con los 'nervios a mil' vivieron varias decenas de brasileños la final de la Copa Libertadores en el restaurante El Churrasquim del Negro, en el norte de Guayaquil.

Unos se mordían las uñas, algunos bebían cerveza y otros hasta oraban durante los últimos minutos del vibrante juego entre el Flamengo y Atlético Paranaense.

Cuando Patricio Loustau pitó el final del partido se desató la fiesta de los brasileños que están en Guayaquil, pero no pudieron llegar al estadio Monumental.

"Uma vez Flamengo, sempre Flamengo, Flamengo sempre eu hei de ser", coreaban un grupo de flamenguistas mientras se abrazaban y bebían cervezas.

"Siempre lo dije, Flamengo es el mejor equipo del mundo. Vamos Flamengo por siempre", decía Alonso Scola, otro hincha

Mientras tanto los pocos hinchas del Atlético Paranaense los miraban incómodos a varios metros de distancia.

" Hicimos un buen juego. La plantilla de ellos es más cara, pero nosotros no nos dejamos. La expulsión nos daño el partido", decía John Parlonte, que llegó desde Paraná para vivir la final más de cerca. "Tenía un poco de miedo por la inseguridad así que me quedé acá para disfrutarlo más tranquilo", comentó emocionado.

En el sitio habían más brasileños, que pese a no simpatizar con ninguno de los dos clubes aplaudían el trabajo del Mengao que volvía a llevarse la Libertadores

La expectativa para la celebración de los flamenguistas es alta y se espera que la fiesta se disfrute a lo grande en Guayaquil.