Hay momentos en que pasamos por esos olvidos repentinos y aunque somos conscientes de que estos no interfieren en nuestra vida laboral, familiar o social, vamos en busca de un médico, especialmente si ya bordeamos los 50 años. Lo primero que se nos viene a la mente es que podríamos estar sufriendo de alzhéimer.

El doctor Francisco Corredores, especialista en Neurología, aclara que la memoria es una categoría en el desempeño de la función intelectual, pero que los olvidos por sí solos no caen en el campo de las demencias (el alzhéimer es el principal tipo de demencia).

"No está bien que se diagnostique demencia ante la presencia exclusiva de olvidos, en este caso solo se debe indicar que corresponde a olvidos benignos de la tercera edad, ya que no interfieren en su vida personal", indica.

¿Entonces cuándo debemos sospechar de demencia? El especialista, quien además tiene una maestría en Gerencia de Servicio de Salud, señala que este es un síndrome progresivo que además de la memoria afecta a otras categorías del desempeño intelectual como el conocimiento, la ejecución de las ideas, el lenguaje, el razonamiento, el juicio, el cálculo y las funciones ejecutivas tales como la planeación, la dirección y la resolución de problemas.

"El 60 % de las demencias corresponde a enfermedad de alzhéimer, que es progresiva, irreversible e incapacitante, que ocurre después de los 50 años, más en el sexo femenino, en ocasiones con antecedentes familiares de alzhéimer y Síndrome de Down, con una expectativa de vida que a veces no supera los 10 años", agrega.

Además, dice el doctor Corredores, el alzhéimer muestra dificultada la memoria reciente, incapacidad de aprender, disminución de la fluidez del lenguaje con dificultad para encontrar palabras para expresarse, para dibujar, calcular, diferenciar el lado derecho del izquierdo, suelen perderse en la misma casa y manipulan a los demás para disimular lo que les ocurre.

Suelen también tener insomnio con inversión del ciclo del sueño, luego viene la indiferencia, la apatía, el comportamiento impulsivo, a veces agresivo, desinhibición de sus actos, como orinar en público; más tarde aparece el descontrol de esfínteres y el aislamiento de difícil manejo para familiares y cuidadores. "En este contexto aparece la muerte por alguna infección, generalmente respiratoria", explica.

¿Qué estudios deben practicarse en estos casos? La resonancia magnética o tomografía computada, además de pruebas de laboratorio clínico, electroencefalografía, mini-mental test y pruebas genéticas para proteger a sus familiares.

¿Cómo tratarlo?

• Se debe mejorar la dieta y adoptar una de tipo antioxidante.

• Hay que incrementar la lectura y el razonamiento.

• Ejercitar la mente con juegos de memoria que pueden ser bajados de formar virtual.

• Adoptar el tratamiento farmacológico recomendado por el especialista.

• Al momento tanto en Guayaquil como en Quito se cuenta con casas de reposo especializadas en manejar este tipo de enfermedad.