Acaricia a perros
Acariciar a un perro puede aliviar el estrés y mejorar el estado de ánimo en solo minutosCanva

Acariciar perros: ¿qué revela sobre nuestra personalidad y bienestar emocional?

Acariciar perros revela rasgos como empatía y reduce el estrés; un gesto simple con grandes beneficios emocionales

El impulso de detenerse a acariciar a un perro en la calle o en un parque es más común de lo que parece. Para muchos, es una reacción casi instintiva: un perrito se acerca, mueve la cola y, sin pensarlo, la mano se extiende para ofrecerle una caricia. Pero este acto, aparentemente simple, puede decir mucho sobre quiénes somos y cómo gestionamos nuestras emociones, según investigaciones psicológicas.

Lo que dice la psicología sobre este hábito

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Estudios realizados por instituciones como la Universidad de Florida, han explorado cómo la interacción con perros impacta en las personas. Quienes suelen acariciar perros, incluso si no son suyos, tienden a exhibir rasgos de personalidad específicos. La empatía es uno de los más destacados: estas personas suelen ser sensibles a las emociones de otros, tanto humanas como animales, y tienen una mayor capacidad para conectar afectivamente con su entorno. Este comportamiento también se asocia con la extroversión, ya que quienes acarician perros en espacios públicos suelen ser más abiertos y disfrutan de interacciones espontáneas.

Además, la psicología sugiere que este hábito puede ser una forma de autorregulación emocional. En un mundo acelerado, donde el estrés y la ansiedad son comunes, el contacto con un perro ofrece un momento de pausa. Este gesto no solo refleja una búsqueda de conexión, sino también una necesidad de encontrar alivio en momentos de tensión.

Beneficios físicos y emocionales comprobados

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La ciencia respalda que acariciar perros tiene efectos medibles en el cuerpo y la mente. Investigaciones han demostrado que esta interacción reduce los niveles de cortisol, la hormona del estrés, mientras aumenta la producción de oxitocina, conocida como la "hormona del amor". Este cambio químico genera una sensación de bienestar casi inmediata, estabiliza la presión arterial y disminuye la frecuencia cardíaca. Un estudios señalan que incluso breves interacciones de 5 a 20 minutos con un perro pueden mejorar el estado de ánimo y reducir síntomas de ansiedad o depresión.

Estos beneficios no son exclusivos de quienes tienen mascotas. Las personas que acarician perros ajenos en la calle experimentan mejoras similares. Además, este hábito fomenta un estilo de vida más activo, ya que quienes interactúan frecuentemente con perros suelen disfrutar de actividades al aire libre, como paseos o juegos, lo que contribuye a una mejor salud física.

Un reflejo de quiénes somos

Acariciar perros es mucho más que un acto de ternura. Es una ventana hacia nuestra personalidad, nuestras emociones y nuestra forma de relacionarnos con el mundo. Las personas que lo hacen con frecuencia suelen ser empáticas, pacientes y abiertas a experiencias simples pero significativas. Además, este hábito ofrece beneficios tangibles para la salud, desde la reducción del estrés hasta la promoción de un estilo de vida más activo y conectado con la naturaleza.

Por eso, los expertos dicen que cuando sientes el impulso de acariciar a un perro, no solo estás brindando afecto; estás participando en un intercambio que nutre tu bienestar y refleja lo mejor de tu humanidad. 

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