Elecciones. Alejandro Domínguez ocupaba el cargo interino en el organismo por Napout. Ayer en los sufragios fue respaldado.

Las titularizaciones, una via

Ecuador está vendiendo su petróleo por debajo del punto de equilibrio (sus costos de producción superan a su precio de venta). Así lo reconoció el propio presidente, Rafael Correa. Y ese bajón le hace seguir excavando entre otras opciones que le reparen esos ingresos que se han ido a pique. Ahora propone lanzar títulos respaldados en las rentabilidades de dos “joyas”: la refinería Esmeraldas y/o las hidroeléctricas. Una fuente de Petroecuador, la estatal a cargo de la refinería, dice a Diario a EXPRESO que por lo pronto esa es una idea del presidente de la que aún no hay detalles. Pero hasta tanto esboza que la refinería recibe una carga de 110.000 barriles diarios de petróleo, que los usa para transformarlos en derivados como gasolina, diésel, gas y asfalto. Se trata, indica, de una empresa, cuyo valor comercial pasó de $ 800 millones a $ 8.000 millones luego de la ampliación, lo que podría atraer a los inversionistas. El Gobierno evalúa esta opción en el mediano plazo, además porque hay otros indicadores que no han dado buenas noticias a la caja fiscal: las recaudaciones tributarias, así como el Riesgo País. Según el Servicio de Rentas Internas, el año pasado el país pagó 13.693 millones de dólares en impuestos, por debajo de la meta que se trazó el SRI: 14.396 millones, ni aun con la aministía tributaria que le generó casi 970 millones de dólares adicionales al fisco. El segundo, el Riesgo País, pues trepó por encima de los 1.700 puntos, lo que supone que a Ecuador, si decidiese lanzar bonos, le costará caro: al menos 17 puntos por encima de los papeles del Tesoro de EE.UU.. “Lamentablemente para la emisión de bonos hay que esperar que baje el Riesgo País”, dijo Correa, el miércoles, a la prensa extranjera. Pero, mientras tanto, afirmó el presidente, que van a privilegiar los créditos bilaterales y multilaterales, o buscar generar más recursos con contratos (a empresas extranjeras) de los campos maduros que significarían una alta inversión y tecnología, que el país no la tiene. Pero, ¿qué significa titularizar los rendimientos? Alfredo Barandearán, presidente de la Casa de Valores Adfinsa, explica a este Diario que las titularizaciones son procesos mediante los cuales las empresas, que requieren liquidez, ponen en garantía sus propios activos o la rentabilidad que generan esos activos. “Digamos que usted es dueña de un edificio rentero de oficinas, usted hace una titularización (emisión de títulos) respaldada con ese bien. El medio de pago para quienes compren esos títulos (los inversionistas), quienes le anticiparon el efectivo, son los flujos futuros que va a recibir por los arriendos de esas oficinas”, según los plazos e intereses acordados con los tenedores de esos títulos. En el caso del Estado ecuatoriano hay bienes que generarán producción (como la refinería y las hidroeléctricas) y, por consiguiente, una rentabilidad. Entonces, parece que el plan del Gobierno es buscar quienes apuesten con efectivo ahora, para luego pagarles con las ganancias o ventas futuras, algo que ya había advertido el año pasado y que los analistas habían visto con buenos ojos. Por otro lado, el presidente Correa insistió en aquello de concesionar más campos maduros, así como lo hizo con la francesa Schlumberger. La compañía petrolera, que se hará cargo del bloque 61 (Auca), invertirá 4.900 millones de dólares a 20 años, como acordó con las autoridades ecuatorianas, a través de un contrato de servicios con financiamiento. Ahí fue que le adelantó 500 millones de dólares el mes pasado, que sirvieron en parte para pagar los bonos 2015 que vencieron en diciembre (650 millones de dólares). Según el presidente, los otros 500 millones de dólares venían en este mes. Esa fórmula se usaría con otras compañías, un trueque que le aliviaría los apuros fiscales al Gobierno que recibió el 2016 con necesidades de financiamiento de unos 6.600 millones de dólares, de los cuales estaban identificados (ya conseguido el crédito) unos 4.100 millones, por lo que el déficit fiscal se había reducido a 2.500 millones de dólares.