Solidaridad con los tiburones
Sabemos más sobre la Luna que sobre los océanos. Y ahora parece que tal vez hemos podido hacer incluso más daño de lo que creíamos. Se han subestimado las capturas de pescado, hecho que debería captar la atención de las organizaciones regionales de ordenación pesquera que supervisan la pesca comercial en alta mar, y de las que velan por el cumplimiento de la Convención de las Naciones Unidas sobre la conservación de las especies migratorias de animales silvestres (CMS), que abarca las especies migratorias en peligro de extinción. Según la CMS, las que requieren hoy en día la protección más estricta son los tiburones blancos, cinco especies de peces sierra y once especies de rayas. Las reuniones de la CMS sobre los tiburones migratorios que tendrá lugar en San José (Costa Rica), representan una importante oportunidad para avanzar en la elaboración de normas para asegurar la conservación y la utilización sostenible de estas especies, para que puedan seguir cumpliendo su función ecológica fundamental como depredadores apicales. En la última conferencia, en Quito, en 2014, se añadieron varias especies de tiburones cuya protección se alienta a los gobiernos a asegurar mediante la negociación de acuerdos internacionales, como el Memorando de Entendimiento sobre la conservación de los tiburones migratorios, que pese a no ser jurídicamente vinculante, proporciona un foro importante para llegar a un acuerdo sobre políticas de explotación sostenible de poblaciones de tiburones migratorios. Pero a menudo carecemos de datos precisos para determinar cuál es el nivel de consumo sostenible. Entretanto, el consumo de los recursos de los océanos sigue aumentando. Por ello, iniciativas como el Memorando de Entendimiento revisten una importancia aún más decisiva como medio de fomentar medidas. Algunos signatarios, entre ellos Estados insulares del Pacífico, han declarado sus enormes zonas económicas exclusivas santuarios de tiburones y han establecido áreas donde está prohibido todo tipo de pesca. Por otra parte, en respuesta a la indignación por la práctica derrochadora del aleteo de tiburones, la Unión Europea exige ahora que todos los tiburones se desembarquen intactos, impidiendo el cercenamiento de las aletas de los tiburones en el mar y la eliminación por la borda de sus cuerpos menos valiosos. Esta norma se ha reforzado con la promesa del Gobierno chino de no servir sopa de aletas de tiburón, considerada un manjar, en los banquetes oficiales. Si bien se debe aplaudir estos progresos, hay todavía un largo camino por recorrer. Pero el impacto económico adverso que deriva de tales esfuerzos no es tan grande como era de prever; podría ser compensado con creces por otros tipos de actividades comerciales en las que se aproveche la utilidad de los tiburones vivos, como las operaciones de ecoturismo.
Las ideas a corto plazo que impiden los esfuerzos de conservación del medio ambiente pueden ser hoy en día devastadoras. Si seguimos agotando los ecosistemas críticos, estos se verán pronto imposibilitados de regenerarse.
Project Syndicate