Reconocimiento. Sir Ken Robinson recibió una medalla de parte de la Asamblea Nacional.

Sir Ken Robinson pide valorar la creatividad del estudiante.

Una eminencia en educación visitó la urbe por los 60 años de Espol.

Guayaquil recibió el lunes la visita de un gran referente mundial. Algo así como Michael Jackson en la música o Steve Jobs en la tecnología. Sir Ken Robinson lo es en la educación. Sir, porque el título de caballero que le otorgó Isabel II por fomentar las artes en el currículum escolar, desde el 2003 es parte de su nombre.

El exasesor en materia de innovación educativa del exprimer ministro británico Tony Blair y de otros 10 gobiernos, protagonista de la charla TED más vista de la historia y autor de una docena de libros, visitó la ciudad en el marco de la celebración de los 60 años de la Espol y, por una invitación conjunta del Municipio de Guayaquil y Girls in Tech Ecuador, dio una charla magistral a más de 600 docentes.

Su mensaje en la conferencia a la que tuvo acceso EXPRESO fue claro y, muy similar al que deja en TED y en sus libros. La educación debe dejar de funcionar como una cadena de producción industrial (en la que se estandarizan los procesos) y a los niños se los debe educar según sus necesidades de aprendizaje.

Según Sir Ken, los talentos y las capacidades son tan diversos como los alumnos, por lo que el docente debería adoptar la misión de un agricultor. Esto significa que debe crear las condiciones adecuadas para que el niño desarrolle sus habilidades y talentos, tal como el granjero lo hace con cada uno de sus cultivos.

La escuela actual, para el experto, no está apreciando la capacidad creativa de los pequeños y los está alejando de sus habilidades naturales, al enfocarse en enseñar —y a todos por igual— solo las materias más tradicionales como las matemáticas, los idiomas o la historia.

Para Sir Ken, lo importante no es superar cursos sino desarrollar al máximo las capacidades de la persona. Por eso expuso que el desarrollo de la creatividad, de la curiosidad, de la colaboración, de la compasión y de la empatía, es la clave para que los niños de ahora enfrenten los problemas del mañana. Problemas que, como es lógico, la academia todavía desconoce.

Luego de la charla en la que también calificó a la educación como el negocio de los milagros y que duró un poco más de una hora, el británico de 68 años de edad, participó en una mesa de trabajo con autoridades de educación. Además recibió, de las manos de Dallyana Passailaigue, un reconocimiento de la Asamblea por “su aporte y gestión visionaria” y las llaves de la ciudad por parte de Doménica Tabacchi, vicealcaldesa de Guayaquil.

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