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El rostro del desempleo

El 75 % de los ecuatorianos se define como mestizo, una etnia mayoritaria que gana en todo por los números: en lo bueno y en lo malo.

El rostro del desempleo

El 75 % de los ecuatorianos se define como mestizo, una etnia mayoritaria que gana en todo por los números: en lo bueno y en lo malo.

Siendo el colectivo más numeroso entre la población económicamente activa (PEA, los que tienen o buscan trabajo) con un 82,3 % del total de la PEA, son también los que afrontan mayor desempleo (son el 85,3 % del total de desocupados) y subempleo (el 80,1 % del total), aunque también son mayoritarios entre los empleados adecuados (el 87,9 %). Lo coyuntural no es que sean más, sino que la crisis laboral les afecte con mayor incidencia que a las otras etnias. En los mestizos, el desempleo subió en el último año más que casi en el resto de grupos (1,2 puntos al alza frente al 1,7 de blancos, de 0,3 puntos de los indígenas y ante la caída del desempleo en afroecuatorianos o montuvios). En septiembre, registraban una tasa de 5,4 % de desempleo.

5,2 por ciento. Todos hablan, interpretan y valoran las últimas cifras de desempleo. Los analistas y empresarios se preocupan por el hecho de que haya subido casi un punto en el último año; el Gobierno aclara sus causas. Explicaciones y lamentos que se fijan en una cifra. Sin mirar más allá.

Pero ese 5,2 % de desempleo que afecta a Ecuador este septiembre de 2016 tiene cédula. Son 419.173 personas, ecuatorianos, con rostro, historia y familia. EXPRESO ha indagado en las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) para que usted conozca quién se ha quedado sin trabajo por la crisis en el último año, o quién ha decidido que debe incorporarse a la vida activa para colaborar en los ingresos familiares, o qué jóvenes buscan su primer empleo sin éxito.

El desempleo en Ecuador tiene raza, sexo y edad. La desesperanza sobre el futuro inquieta a los jóvenes quienes - divididos en dos rangos de edad (de 15 a 24 años y de 25 a 34 años)- son cerca del 70 % de los desempleados totales, frustrando así una etapa vital en la que deberían encontrar su primer empleo, crecer laboralmente y consolidarse como profesionales. Las mujeres, como ya publicó EXPRESO esta semana, tienen menos espacio en el mercado laboral, cobran menos y trabajan menos horas. En cambio, el subempleo les toca menos que a los hombres.

La precariedad laboral, que deja insatisfechos por cuestión de salarios o de horas a los ecuatorianos, afecta más a los que se declaran mestizos (80,1 %), indígenas (7,3 %), montuvios (5,4 %) y afroecuatorianos (5,3 %). Estas condiciones laborales que fijan, en promedio, un pago de 7,30 dólares por hora, frente a los 17,70 dólares por hora con los que se remuneran los empleos adecuados, son marginales para los blancos (1,8 %).

Las autoridades dicen que el desempleo al alza de septiembre se justifica con un aumento extraordinario de la población económicamente activa (los mayores de 15 años que tienen o buscan empleo) que no puede ser absorbida por el mercado laboral. Son ecuatorianos, explican las autoridades, que antes no necesitaban o no querían trabajar y ahora sí. Pero las estadísticas del INEC que desglosan el desempleo reflejan que más del 77 % de los desocupados tenían trabajo antes (cesantes) y solo cerca del 23 % son desempleados nuevos. Aparte, de los 419.173 ciudadanos sin trabajo, solo el 13,5 % permanece impasible ante su situación y no busca ocupación. El resto, intenta encontrar alternativas laborales.

De las cinco etnias en las que se autodividen los ecuatorianos, los indígenas son la minoría -sin los mestizos- más grande: casi un millón de personas que, además, representan el 7,5 % de la población económicamente activa.

Aunque tienen un nivel de desempleo de los más bajos entre los colectivos raciales, con una tasa del 2,9 %, que equivale a solo el 4,2 % del total de desempleados (17.786 personas), los indígenas son los que tienen peores condiciones de trabajo.

Según las estadísticas de INEC, es el segundo grupo poblacional -tras mestizos- con subempleo (puestos de trabajo con sueldos y horarios inferiores al mínimo legal). El 73,5 % de ellos quiere laborar más horas y el resto, está insatisfecho en cuanto a los ingresos.

Los afroecuatorianos son la etnia más afectada históricamente por el desempleo. Las estadísticas del INEC, que recogen datos desde 2007 en adelante, reflejan que la raza negra ha ocupado durante casi una década casi siempre el primer lugar en desempleados, en comparación con los otros grupos étnicos en los que se autoidentifican los ciudadanos.

Algunos trimestres pasó al segundo lugar, pero la mayoría de informes lo sitúan al frente de la marginalidad laboral. En 2010, su tasa de desempleo récord alcanzó el 11,1 %; un año antes, era del 9,9 %.

Este año, vuelve a ser el grupo con mayor tasa de desocupados junto a los blancos (ambos con un 7,6 % de tasa). Esa tasa hace que del total de personas sin trabajo, el 6,5 % son afroecuatorianos.

Casi el 70 % de los desempleados tiene entre 15 y 34 años. Los rangos de edad que van de 15 a 24 años y de 25 a 34 años, son los dos que viven con menores oportunidades laborales. Es cierto que el desempleo entre los más jóvenes (de 15 a 24) se reparte casi a partes iguales entre los que recién se incorporan al mercado laboral y por eso no tienen trabajo (42,6) y los que han perdido su empleo (57,4 %), pero en el siguiente grupo, los que están llamados a iniciarse y consolidarse en un puesto (25 a 34 años), los desempleados cesantes son el 86,1 %. Es decir, no se acaban de sumar a la vida activa por primera vez sino que han perdido su empleo. Entre unos y otros, suman el 69,2 % del total de desempleados registrados por el INEC en septiembre de 2016, siendo el 42 % de la población económicamente activa (PEA). Además, por puntos, son los rangos donde más sube la desocupación.

Los adultos, que van de 35 a 44 años y de 45 a 64 años, suman el otro grueso de población que busca o tiene trabajo con un 51,4 %. En el último año, han aumentado los despidos de ambos (en 0,9 y 0,8 puntos, respectivamente) y representan el 29,8 % de los desempleados.

En ambos casos, la desocupación se ha debido principalmente a pérdidas de empleo. En torno al 10 y 20 % de ellos, ya no busca otras alternativas laborales.

En Ecuador hay 1,1 millones de personas con más de 65 años, es decir, con edad para jubilarse. Sin embargo, el 11,3 % de ellos forma parte de la población económicamente activa. Es decir, están trabajando o buscan un empleo.

Pese a que en este rango de edad el desempleo se ha reducido en el último año en 0,4 puntos y, de hecho, solo son un 1 % de los desocupados totales del país, es curioso que haya más adultos mayores que se han incorporado a la población económicamente activa de lo que ha crecido en número ese grupo poblacional. Es decir, demográficamente hay un 5,8 % más de personas mayores a 65 años y al mismo tiempo, hay un 11,3 % más de ellos que tiene o busca empleo. Eso significa que pese a estar en edad de jubilación, una parte está buscando incorporarse al mercado laboral o se mantiene en su puesto de trabajo.

Más y peor. El desempleo en las mujeres es mayor que en los hombres (54,4 % frente a 45,6 % de ellos) y además la brecha aumentó en el último año. Los despidos subieron 1,1 puntos para el género femenino ante 0,8 puntos para los hombres.

A eso se añade, como publicaba EXPRESO esta semana, que siendo el 50,5 % de la población total y el 43 % de la PEA (los que tienen o buscan trabajo) cobran menos, laboran menos horas y desempeñan menos empleos adecuados.

En cambio, el subempleo (puestos que dejan insatisfechos a los empleados por insuficiencia de horas o de salarios) tiene más incidencia en el sexo masculino.

Por otro lado, en ellas es mayor la proporción de desempleadas que no busca un empleo (15,1 %) que la de los hombres sin trabajo que están conformes con esa situación (11,7 %).