Imagen facilitada por la Agencia Espacial Europea (ESA) que muestra una animación por ordenador que muestra la sonda Rosetta durante su aproximación al cometa 67P para su aterrizaje. La Agencia Espacial Europea (ESA) presenta los momentos científicos culm

Rosetta hace historia al morir en un cometa

La cuenta regresiva empezó para Rosetta: la sonda europea inició un lento descenso ayer hacia el cometa 67P que le permitirá verlo muy de cerca, hasta el impacto final con el cuerpo celeste.

La cuenta regresiva empezó para Rosetta: la sonda europea inició un lento descenso ayer hacia el cometa 67P que le permitirá verlo muy de cerca, hasta el impacto final con el cuerpo celeste.

Con este espectáculo finaliza una odisea espacial de más de doce años, coronada por 26 meses de observación, acompañando al cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko en su periplo alrededor del Sol.

Decidida en 1993 por la Agencia Espacial Europea (ESA), la misión apunta a comprender mejor al Sistema Solar.

La maniobra de aproximación comenzó ayer a las 20:50 GMT (15:50 en Ecuador), cuando en Alemania el centro de control de Darmstadt envió desde la Tierra, a más de 700 millones de kilómetros de distancia, la instrucción a Rosetta de que empiece su descenso.

Tras recorrer los 19 km de distancia que la separan de este cometa de unos 4 km de diámetro, la sonda chocará con el cometa hoy hacia las 12:20 GMT (7:20 en Ecuador), a una velocidad de 90 cm/s, es decir la de una persona caminando.

Durante el trayecto, tomará fotografías de alta definición y realizará observaciones inéditas. Las imágenes y datos recabados sobre el polvo y los gases que desprende el 67P son importantes para seguir avanzando en la comprensión del proceso de formación de los cometas y de nuestro Sistema Solar.

En el cometa, que se dirige actualmente hacia la órbita de Júpiter, se encuentra Philae, el robot que se posó en 2014 para luego enviar valiosas observaciones a la Tierra. Philae está inerte desde que en julio de 2015 agotó sus baterías, que no puede recargar por estar sus paneles mal orientados en medio de una grieta con escasa exposición solar.

Si todo sale bien, Rosetta llegará a un lugar relativamente alejado de Philae, en una llanura rodeada de hoyos, a través de los cuales el cometa proyecta chorros de gas y polvo.

“Esperamos poder observar estructuras en las paredes de los hoyos que (nos) pueden remontar a la época de formación del cometa”, dijo Jean-Pierre Bibring, uno de los responsables del programa Philae.

Tras el impacto final, los restos de Rosetta y Philae acompañarán para siempre al cuerpo celeste, finalizando una aventura sin precedentes en la historia de la conquista espacial.