Rodney Martínez: “Más que fallas de predicción, faltan especialistas en climatología”

Rodney Martinez: “Mas que fallas de prediccion, faltan especialistas en climatologia”

Entre 1997-1998 el planeta sufrió el impacto de un El Niño considerado el más fuerte y letal: tomó 24.000 vidas y ocasionó pérdidas por $ 34.000 millones.

El oceanógrafo guayaquileño Rodney Martínez Güingla, de 49 años, tiene un largo historial relacionado en la investigación con el evento océano-atmosférico de El Niño. Se desempeñó como jefe del departamento de Ciencias del Mar del Instituto Oceanográfico de la Armada (Inocar), entre 1997 al 2003.

- El Ciifen lleva 15 años detrás de El Niño. ¿Qué tanto este evento cambió en su comportamiento en este lapso?

- Ningún evento de El Niño es similar. En estos 15 años hemos tenido uno de los tres más fuertes desde 1950, sin embargo los patrones de impacto han cambiado. El Niño 2015-2016 exacerbó más las sequías: Centroamérica, El Caribe, norte de Sudamérica (Colombia, Venezuela, Brasil) y causó crisis humanitarias por hambruna en sectores de África y Oceanía. Marcó la diferencia por su comportamiento sobre Ecuador y Perú que fue muy distinto y menos severo que el de 97/98. Otra de las grandes diferencias es la ocurrencia en el 2015-2016 de huracanes simultáneos en el Pacífico, llegamos a tener hasta 3 y 5 en desarrollo simultáneo, afortunadamente en áreas abiertas del océano.

- ¿El llamado cambio climático ha incidido en esto?

- Todavía desde el punto de vista científico no podemos afirmar con exactitud cuánto de este comportamiento está asociado al cambio climático y cuánto al cambio de uso de suelo, deforestación, degradación ambiental y otras actividades humanas. Lo que sí sabemos es que ahora tenemos más evidencia científica que sugiere que esto incrementaría la frecuencia de los eventos El Niño de magnitud fuerte a extraordinario, si las proyecciones de cambio climático se mantienen como hasta ahora.

- No siempre se acierta con el pronóstico, por lo menos en el país... El año pasado se anunció un El Niño severo y no resultó lo esperado, ¿fallaron los científicos o falló el clima?

- El año pasado Perú y Ecuador experimentaron el impacto de un súbito calentamiento del Pacífico sudoriental que generó lluvias intensas en ambos países y severos impactos en Perú (ese país lo denomina El Niño costero). Hubo dificultades en la predicción, más que una falla de los científicos es la severa reducción de profesionales ecuatorianos en las áreas de oceanografía y climatología. Los profesionales de más experiencia se han retirado y el relevo generacional es escaso. En la transición hay la pérdida de conocimiento y experiencia. Por otro lado, las restricciones económicas en Ecuador están limitando severamente la capacidad de monitoreo y el funcionamiento continuo de estaciones meteorológicas que son claves para una buena predicción. El Inamhi necesita mayor apoyo financiero por parte del Gobierno y más profesionales especializados en meteorología y en el clima.

- En el llamado El Niño del Siglo (97-98) no existía mucha información. ¿En la parte científica, qué tanto se avanzó en su estudio en estos 15 años?

- La gran diferencia de El Niño 1997/98 con el 2015/16, fue la disponibilidad de información y su fácil acceso. Para el caso de Latinoamérica, Ciifen ha significado poner a disposición de los países una vasta gama de información que es el resultado de la cooperación que mantenemos con las agencias globales de EE. UU., Europa, Japón, Australia y Brasil. La información que generamos tiene un enfoque en la región latinoamericana, pone mucho énfasis en los impactos sectoriales, es amigable y de libre acceso. Por primera vez en la historia, la región tiene desde el 2015 un centro regional del Clima de la Organización Meteorológica Mundial para los países del oeste de Sudamérica.

- ¿Qué retos plantea a futuro El Niño?

- Patrones más complejos por la creciente interacción con el cambio climático y el cambio global, lo cual va a complicar más su predicción. Por otro lado, el gran reto es lograr salir del modo de respuesta y emergencia en el que permanecen muchos países y dar paso a la verdadera gestión de riesgos, trabajando más en la prevención, usando la información climática disponible. El Niño continúa siendo la principal amenaza climática para Latinoamérica mientras la vulnerabilidad social, económica y ambiental de la región sigue en aumento. Debemos trabajar en su reducción y lograr construir resiliencia climática en cada uno de nuestros países latinoamericanos.