Revalorizar agroeconomia mercantil

La economía y los diferentes gobiernos viven desde 1972 obnubilados por el petrolerismo. Desde ahí hasta hoy existe una práctica obsesiva respecto a lo que en entonces se inició con la producción y exportación petrolera.

Han pasado 46 años desde que el primer barril salió de la Amazonía hacia el Pacífico con destino a los mercados internacionales. Hasta el presente son centenares de millones de dólares los que han recibido el país y el Estado por el oro negro.

No se puede negar que el petróleo ayudó y sirvió para transformar la socioeconomía (nacional y local), así como las urbes y el modo de vida del Ecuador. Negarlo sería un error. Sin embargo, junto a esto hay un lado oscuro y negativo sobre el cual no se reflexiona. Es el que tiene que ver con las razones por las cuales al privilegiarse la producción y exportación petrolera se generó un efecto negativo para el conjunto de la economía ecuatoriana, pues se llevó adelante un real y efectivo abandono del campo.

¿Qué es lo que había en el agro, especialmente en las provincias del litoral? La agroeconomía mercantil, en principalmente la de exportación. Fue esta importante actividad productiva de la región costa la que desde 1750 hasta la actualidad sigue generando ingresos para el país. Lo hace todavía, no obstante que el Estado y los embelesados por el petrolerismo le han dado la espalda a este tradicional y positivo accionar de los campesinos de las diferentes regiones del Ecuador.

Cuando nuestro país ha estado sometido a los vaivenes de la caída de los precios del barril del petróleo ha sido la producción exportable del campo la que ha salido a rescatarlo de esos colapsos. Se dio a fines de la década de los 80’. También a inicios del 2000 y sobre todo desde el 2008 al presente.

Recordemos cuánto aporta esta agroeconomía mercantil abandonada por los diferentes gobiernos. Cinco de sus productos han contribuido con 34.082 millones de dólares entre 2007-2016. Se destacan: banano 64 %; flores 20 %; cacao 13 %; frutas tropicales 2 % y café 1 %.

Esto dice que la economía agromercantil nunca ha sido un convidado de piedra. Es un agente generador de riqueza y gran aportante de divisas. Sin embargo, aún permanece descuidado, desatendido y con demandas insatisfechas de los productores y los diferentes trabajadores agrícolas.