Artesanos riobambeños encontraron en el modelado y reciclaje una nueva forma de recrear las leyendas, historias y tradiciones de Chimborazo. La vida del último hielero del Chimborazo y El Luterano son las primeras exhibidas el pasado fin de semana en una feria, pero ya está en marcha la vida de monseñor Leonidas Proaño, el obispo de los indios, declarado personaje emblemático.

(LOS INVITAMOS TAMBIÉN A LEER:   Se pierde la memoria ancestral de casas indígenas en Tungurahua)

Mariana Sanipatin, instructora de manualidades de los centros de capacitación y desarrollo del GAD Municipal de Riobamba, es quien se encuentra al frente de este plan. “Mi proyecto es diseñar piezas artísticas con nuestras manos, recoger la historia de Riobamba. En esta oportunidad quiero que la gente conozca la historia del personaje cuya cabeza se encuentra en el escudo de nuestra ciudad”.

Para la maqueta que narra en varias estaciones la vida de Sibelius Luther, médico húngaro que llegó a estas tierras en 1571, se usó figuras en masa de porcelanicron, y reciclaje de espuma flex, madera y piedras de río.

(LOS INVITAMOS TAMBIÉN A LEER:   Elevando su música al sol)

Se muestra la famosa cueva donde vivió, su trabajo con plantas y la población indígena, así como el sacrilegio que le costó la muerte. También la horca, la hoguera en el cerro Cullca y la laguna de Colta donde según la leyenda los indígenas enterraron al Padre Blanco, entre ritos y ceremonias que también se recrean.

Más pequeña también se puede apreciar la maqueta de Baltazar Ushca, último hielero del Chimborazo. El hombre fue diseñado con su tradicional poncho rojo y sombrero. Además de sus fieles burros que lo acompañan y cargan los grandes bloques de hielo que son llevados hasta los mercados de la ciudad.