Visita. Pedro Ballesteros, en EXPRESO, explicó sobre el pacto de alcaldías que inició en Europa en 2008.

Un plan para la ciudad en el pacto de alcaldias

El compromiso busca que los municipios se fijen un futuro frente al cambio climático Integra adaptación y mitigación

Hacerle frente al cambio climático. Esa es la premisa. Y hay que hacerlo como una política de gobernabilidad. Con esa idea se conformó el ‘Pacto de las Alcaldías’ en Europa y se busca que más municipios lo firmen.

Ese fue el tema del que habló Pedro Ballesteros, administrador principal de la dirección general de la Comisión Europea, en la conferencia que ofreció en la Universidad de Especialidades Espíritu Santo la noche del miércoles. Previo a esa intervención visitó EXPRESO.

Ballesteros explicó que el Pacto de las Alcaldías es un acuerdo que arrancó en Europa. Busca que la mayor cantidad de ciudades se sumen con el objetivo de, a través de un proceso de gestión-obra, reducir las emisiones de carbono.

Empieza como un compromiso autónomo: “El gobierno local dice: yo me comprometo a esto porque es mi deber”.

El compromiso al que se refiere Ballesteros, y que deben cumplir los municipios, es el de fijarse objetivos, como ciudad frente al cambio climático; y estos se ajustan a tres grandes campos: el de la adaptación, la mitigación y la garantía del acceso a energía limpia.

La adaptación apunta a que Guayaquil o cualquier otra ciudad tenga una visión y haga los trabajos necesarios para estar adaptada al cambio climático (lluvias, El Niño). “Hacer que la ciudad sea mucho más resistente a la influencia exterior; que se piense en una ciudad en la que haya más utilización de producto local, más economía circulante, y tener menos dependencia de los de fuera para que la gente pueda tener más oportunidades de desarrollarse con menos riesgos”, explica.

La mitigación debe tener como objetivo que “algún día todas las ciudades sean neutras en emisión de carbono, que utilicen fuentes renovables de energía, o sean muy eficientes o compensen de alguna manera para que no sigamos teniendo este problema de calentamiento climático”.

Y el último eje es que se garantice a todos los ciudadanos el acceso a la energía limpia y a la energía que puedan pagar, “porque si no hay personas que tengan acceso a la energía, el resto de la difusión del cambio climático no tiene sentido”.

¿Cómo se logra? La primera parte es fijarse esos objetivos, luego viene el compromiso; el municipio, en los dos años siguientes, produce y aprueba un plan de acción de clima y energía en el cual explica al mundo lo que va a hacer para alcanzar esos objetivos. Con ello viene el monitoreo, por parte del gobierno central, instituciones extranjeras y los mismos ciudadanos, que se empoderan del plan y del futuro de su ciudad.