Un giro necesario. Este 26 de abril de 2023 Wagner Bravo y Paco Moncayo asumieron formalmente sus funciones como puntales de la estrategia de seguridad del gobierno de Guillermo Lasso. Un recambio que, aunque necesario, deberá sortear una serie de desafíos antes de poder combatir la creciente ola de inseguridad.

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Gustavo Lalama, coronel en servicio pasivo del Ejército, sostiene que, aunque los nombramientos de Moncayo y Bravo son acertados, la gestión de la seguridad no solo pasa por un tema de nombres. “Ellos tienen el desafío de involucrar a otras instituciones del Estado para que, en conjunto, asuman la lucha contra la inseguridad”, dice.

Este diálogo, según continúa, deberá concretarse con la Función Legislativa y Judicial para que los esfuerzos en materia de seguridad no sean en vano. “El que los delincuentes salgan libres desmotiva a todos”, añade.

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Asimismo, Lalama destaca que la trayectoria de Moncayo le da las credenciales necesarias para que sea un voz escuchada por las instituciones. "Cuando él fue alcalde de Quito aplicó una política integral de seguridad que integraba a todos los actores", mencionó.

Esta "super estructura" armada por el entonces alcalde Moncayo, según continúa Lalama, fue un ejemplo nacional e internacional. "Sin duda esto nos genera una gran expectativa que también es de la ciudadanía", señala e indica que espera sea escuchado en el Gobierno.

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En ese sentido, Lautaro Ojeda, académico experto en seguridad, destaca el perfil de los nuevos funcionarios y sostiene que su formación militar ayudará a tener una visión más clara del problema y que esto logre unificar todos los esfuerzos.

Sin embargo, también señala que para iniciar este esfuerzo es necesario que Moncayo y Bravo cuenten con la información necesaria y transparente para, a partir de ahí, elaborar una estrategia a largo plazo. “Los estudios sobre esto en Ecuador son precarios e incipientes”, sostiene.

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Por su parte, Mario Segovia, teniente coronel en servicio pasivo de la Policía Nacional, hace hincapié en que, a la par de los esfuerzos mencionados por Lalama y Ojeda, también es imprescindible que el Ejecutivo actúe puertas hacia dentro.

“Lo primero que tienen que hacer es fortalecer a la fuerza pública para que las Fuerzas Armadas sean eficientes en cerrar la llave de la droga y que la Policía Nacional pueda dedicarse al cuidado de la ciudadanía en las calles”, sostiene Segovia quien destaca que, luego de esto, los nuevos funcionarios podrán pensar a largo plazo.

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La resolución de esta serie de retos que enfrentarán los nuevos funcionarios en el ámbito de seguridad, según coinciden todos los consultados, será necesaria para que la lucha en contra del crimen organizado, más que efectiva, sea permanente por parte del Estado ecuatoriano.