¿Qué podría pasar si Trump lanza un ataque contra Irán?

Mientras crece la tensión en Medio Oriente, el expresidente Donald Trump ha encendido las alarmas al declarar que Irán “pidió negociar”, pero que él “aún no decide” si atacará al régimen. Las palabras, pronunciadas con el característico tono ambiguo del exmandatario, vuelven a poner en el centro del debate el posible desenlace militar de un conflicto que ya preocupa a gran parte de la comunidad internacional.

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¿Qué está pasando entre EE. UU. e Irán?

La situación se ha deteriorado rápidamente tras los recientes ataques entre Irán e Israel, en los que Estados Unidos jugó un rol indirecto como aliado del gobierno israelí. Las tensiones se agravaron después de que Teherán advirtiera que la participación estadounidense en los bombardeos podría tener consecuencias "irreparables". Frente a este contexto, las declaraciones de Trump, aunque no específicas, no pasan desapercibidas.

Una ofensiva por parte de Estados Unidos no sería una operación puntual: podría detonar una respuesta en cadena. Irán cuenta con aliados como Hezbolá y grupos armados en Irak, Siria y Yemen, que podrían activar ataques coordinados contra intereses estadounidenses o sus aliados en la región. Además, el conflicto se trasladaría más allá del terreno militar, afectando directamente a la economía global.

Impacto económico global

Uno de los principales temores es el bloqueo del estrecho de Ormuz, ruta clave para el transporte de petróleo. Casi un tercio del crudo mundial que se comercia por mar pasa por ese estrecho. Cualquier interrupción encarecería el petróleo y afectaría mercados desde Asia hasta América. El costo no solo sería humano, sino económico y diplomático.

¿Qué podría pasar si Trump lanza un ataque?

Si Trump decidiera avanzar con una acción militar, las consecuencias serían múltiples. Por un lado, se intensificaría la violencia en una región ya inestable. Por otro, se debilitarían los esfuerzos diplomáticos de Europa y de Naciones Unidas, que todavía apuestan por evitar una escalada. El impacto en la política interna de EE. UU. también sería importante: sus opositores podrían utilizar la ofensiva como prueba de imprudencia, mientras que sus seguidores lo verían como un líder firme.

Aunque por ahora todo queda en declaraciones, lo cierto es que la posibilidad de un ataque por parte de Estados Unidos no puede descartarse. Las próximas decisiones podrían definir el curso del conflicto y marcar un antes y un después en la relación entre ambas potencias. La comunidad internacional, por ahora, observa con cautela.

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