Mundo

UCRANIA
Muchos latinos que se educan en Ucrania buscan la forma de poder salir del bombardeo hacia las fronteras y salvar sus vidas.efe

Éxodo masivo para huir de la máquina de guerra rusa

Grupos de estudiantes latinoamericanos esperaban inquietos en el andén la llegada del tren y salir de Ucrania. La situación es tensa.  

Decenas de miles de ucranianos huyen del avance de la máquina de guerra rusa. Familias enteras, personas mayores y estudiantes extranjeros, entre ellos latinoamericanos, se arremolinan ante las taquillas de las estaciones de tren para abandonar el país.

“No sabemos qué hacer. Billetes de tren no hay y tampoco encontramos coches, camionetas o taxis. Y las bombas se escuchan muy cerquita”, comentó el panameño Garik, que trabaja en Kiev como profesor de inglés.

Ucrania civiles

La ONU indica que al menos 25 civiles han muerto por bombardeos en Ucrania

Leer más

La estación central de Kiev era hoy un hormiguero. Los pasajeros miraban desesperados al tablón electrónico, ya que los tanques rusos avanzan sin remisión hasta la capital. Todos temen la repentina cancelación de su viaje en tren.

Grupos de estudiantes latinoamericanos esperaban inquietos en el andén la llegada del tren con destino a Lviv, la ciudad más importante del oeste ucraniano, situada a más de 500 kilómetros de la capital.

“La situación está muy tensa. No he vivido nada peligroso, pero se ve que la situación está complicada”, comentó Andrés, un colombiano con unos meses en Ucrania que estudia para piloto de aviación civil.

También es el caso de Gabriel, un ecuatoriano que estaba estudiando ucraniano y que quiere especializarse en producción de vídeo y dirección de series de televisión. “Lviv es más seguro que la capital. Aquí las alarmas suenan todo el rato”, señala.

Las autoridades colombianas y ecuatorianas les han recomendado que se alejen “lo más posible” de la capital. “¡Váyanse de ahí!”, les han dicho también sus familias, que sonaban muy preocupadas al otro lado del teléfono

La invasión rusa también cogió desprevenidos a profesores de idiomas y viajeros errantes.

Es el caso de Garik, cuya madre, “pobrecita, casi se muere del dolor”. Le acompaña Lucas, un argentino que viajaba con sus bártulos por Europa.

“Estoy muy sorprendido. Pensé que esto era solo algo político y que iba a morir ahí, pero siguió. Y ahora está empezando todo”, comentó.

Ahora, el objetivo es salir del país: “Cualquier país, Polonia o Hungría. El que esté más cerca”. Les acompañan otros dos profesores de inglés de Inglaterra y Sudáfrica, también decididos a dejar Ucrania antes de la llegada del invasor.

“Estoy asustado. Tengo que llegar como sea a la frontera polaca. Mi familia está muy preocupada. Tengo que tranquilizarlos de alguna forma”, señaló el sudafricano Johan. Un inglés, estudiante de medicina en Kiev desde hace cuatro años, intenta racionalizar la situación. “Como extranjero, estoy consumiendo recursos vitales para la defensa del país. Estoy tranquilo, pero debo irme”, señaló Mortazar.

También hay muchos estudiantes africanos, algunos con niños pequeños, desde libios a nigerianos, congoleños, cameruneses, además de pakistaníes. “¿Has oído? Otro bombazo. Hay que marcharse de aquí, pero ya”, interrumpe Garik.

En el tren nocturno procedente del este de Ucrania, del Donbás, viajan varias mujeres con hijos que temen por sus vidas. Sus maridos se han quedado atrás.

No todos se van. Algunos deciden embarcarse como voluntarios para derrotar al enemigo ruso. Antes de despedirse, comparten embutidos, bollos, frutas y dulces sobre un pañuelo en el frío suelo de la estación.