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El presidente del Gobierno español
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a su llegada al Congreso de los Diputados para asistir a la reunión convocada por el presidente del Gobierno españolefe MARISCAL

Análisis: España no quiere autócratas

Este 23 de julio, los españoles pueden cambiar el rumbo del país. Se mantiene el socialismo del siglo XXI o regresa la derecha

El próximo 23 de julio, los españoles tomarán una decisión que podrá cambiar el rumbo del país. Luego de la derrota estrepitosa de la izquierda en las elecciones autonómicas del pasado 28 de mayo, el presidente del Gobierno Pedro Sánchez decidió adelantar la convocatoria para las elecciones generales.

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El panorama electoral para estos comicios será interesante. En 2015 el bipartidismo español, compuesto por el Partido Socialista Obrero (PSOE) y Partido Popular (PP) se vio debilitado con la llegada de Ciudadanos y de Podemos, y en 2019 con el surgimiento de VOX. Ocho años más tarde, Ciudadanos ha desaparecido, Podemos ha sido absorbido por Sumar y el bipartidismo parece que vuelve a aglutinar un amplio porcentaje del electorado.

En esta última semana de campaña la ley electoral española prohíbe publicar encuestas, pero las que tenemos hasta ahora son más de 120, un récord en la historia política española, coinciden en las tendencias. Estas apuntan a un gran crecimiento del PP que se acercaría a la mayoría absoluta de 176 diputados, necesaria para la elección del Presidente del Gobierno. En las estimaciones más optimistas, el PP podría incluso escoger si pactar con VOX, el único partido a su derecha, o pactar con fuerzas regionalistas y nacionalistas.

Estos pronósticos supondrían por tanto la vuelta al poder del Partido Popular tras cinco años en la oposición. Para que esto suceda, asumiendo que ningún partido puede llegar por sí solo a los 176 diputados de la mayoría absoluta, hay que analizar los resultados de VOX y de Sumar. En las pasadas elecciones generales la derecha se presentaba dividida en tres partidos, sufriendo el castigo del sistema electoral. Ahora el voto de la derecha se vuelve a concentrar y además se presagia un cambio sociológico. Las encuestas más optimistas indican que por primera vez la derecha española podría llegar a obtener el 50% de los votos.

Haciendo un análisis histórico, en España la derecha siempre ha alternado el poder con la izquierda, logrando primero un importante éxito en las elecciones autonómicas previas. Esta correlación se observa en las elecciones generales de 1996 y 2011. Pocos meses antes de ambas elecciones, la derecha derrotó a la izquierda a nivel local y nacional. Tras las elecciones de este mes de mayo, la izquierda española solo ha podido retener tres gobiernos autonómicos de diecisiete, Castilla La Mancha, Asturias y Navarra. Bajo estas condiciones, resulta evidente que mantener el gobierno actual será difícil.

Santiago Abascal
El candidato de Vox a la Presidencia del Gobierno, Santiago Abascal, se reúne este domingo con los representantes del sindicato Solidaridad en un acto en Leganés.EFE/ Victor Lerena
Pedro Sánchez

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Otro dato para tener en cuenta es el cambio de votantes del PSOE al PP. Una buena parte de quienes votaron a Pedro Sánchez en 2019 han encontrado en la figura de Alberto Núñez Feijóo una opción de partido más moderada y en consecuencia el PP se convierte en una alternativa para quienes no comulgan con el denominado “Sanchismo”.

Entonces, si se vaticina la victoria de la derecha, ¿cuáles han sido las razones por las que la izquierda perdió su momentum? La realidad es que ha habido un desgaste en las políticas del Socialismo del Siglo XXI, por ende una pérdida de credibilidad de los partidos políticos que defienden esta ideología (Podemos, la corriente de Zapatero dentro del PSOE y Sumar.).

Carlos Hernando describe con gran precisión en su documental “El Autócrata”, medio de los testimonios de múltiples exministros y exdirigentes del PSOE el viraje autocrático que ha vivido el Partido Socialista en esta última década, auspiciado por Pedro Sánchez.

La proyección en los cines españoles fue vetada por el Ministro de Cultura. A pocos días de las elecciones el equipo de Pedro Sánchez no iba a permitir que lo desenmascaren, incluso a costa de la libertad de expresión. Por esta razón, el director decidió liberar los derechos del documental, renunciando a todo ingreso en favor de su difusión libre en las plataformas como YouTube y Twitter.

En junio de 2018 se produjo la llegada al poder de Pedro Sánchez a través de una moción de censura contra el entonces presidente, Mariano Rajoy. Fue la primera vez que una moción de censura prosperaba en España, probablemente el día que la presentó ni siquiera él mismo pensaba que una semana más tarde sería elegido presidente del gobierno.

Con un gobierno en minoría, ya que el PSOE tenía casi cincuenta diputados menos que el PP, Sánchez se decidió a gobernar vetando a la derecha. Al no lograr una mayoría suficiente en 2019 para poder gobernar se repitieron las elecciones. En ese momento empezó la llamada ‘coalición Frankenstein’; por primera vez en la democracia española entraron en el gobierno ministros y altos cargos de extrema izquierda, gracias al pacto con Podemos, Izquierda Unida y el Partido Comunista Española. A esto se suma la coalición parlamentaria que incluye a Izquierda Republicana de Cataluña y a Bildu, heredera del brazo político de ETA, banda terrorista que hasta pocos años antes mataba también a políticos del PSOE.

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Esto dio a entender, que Sánchez y su equipo buscaban estar en el poder a cualquier precio, de manera que olvidaban sus propias promesas electorales, incluso poniendo en riesgo a las instituciones españolas y conceptos como la división de poderes.

Estos cinco años de gobierno se han caracterizado por muchos abusos al sistema democrático, que ahora paga con su baja popularidad. Lo que más molesta a la sociedad española es la mal utilización de los fondos públicos. En el año 2020 la deuda pública de España llegó a representar el 117% del PIB.

De acuerdo con el portal Eurostat, España es el país de la Unión Europa con más paro (equivale a estar en desempleo y recibir una prestación del Estado) y cuya economía ha sido la última de Europa en recuperar sus niveles previos a la pandemia de COVID-19.

Con estas condiciones económicas, es razonable entender el enfado del ciudadano español frente a la dolce vita que se daban los miembros del Gobierno.

Pero para suerte de la izquierda y su semántica, indistintamente de los errores que el gobierno de Sánchez cometía, uno de sus más grandes argumentos giraba en torno a convencer a la sociedad española “que por lo menos no gobernaba la derecha” y así han logrado montarse un escudo para justificar cualquier acto antidemocrático.

Albert Rivera, expresidente del partido político Ciudadanos, vaticinó en 2019 con gran claridad en el pleno del Congreso de los Diputados la estrategia de Pedro Sánchez para aferrarse al poder “controlando la televisión pública, las encuestas, criminalizando a los constitucionalistas y lavándole la imagen a sus socios (exetarras)”.

Esa España del divide y vencerás de la que hablaban en sus grandes obras Sun Tzu y Maquiavelo y que tanto daño le ha hecho a la sociedad española, es la que estará en jaque el próximo 23 de julio.

Los españoles tendrán la oportunidad de convertirse en un ejemplo de esperanza para las naciones de América Latina que observaremos con atención el resultado electoral, en el que finalmente podrán recuperar lo que reza el primer artículo de su Constitución: una España con un estado social y democrático de derecho, cuyos valores son nada más que la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político.