Cuando el coronavirus en China y otras regiones se comienza a desacelerar y las cifras parecen ir cayendo, un estudio advierte sobre el riesgo de un posible rebrote de casos, esto debido a la reactivación y al levantamiento parcial de las medidas de confinamiento.

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Desde finales de febrero, el número diario de casos locales de coronavirus se ha reducido sustancialmente a casi cero en áreas fuera de Hubei, epicentro de la pandemia.

Zhang Wenhong, quien dirige el equipo de expertos en Covid-19 de Shanghai y supervisa el departamento de enfermedades infecciosas en uno de los principales hospitales de esta ciudad, consideró que una segunda ola de contagios podría afectar a China y a otros países en noviembre de este año.

Esta predicción parte de cómo las autoridades chinas han iniciado la reducción parcial de las medidas de aislamiento, con base en la reducción significativa del número de casos en esa nación. El experto añade que, si bien los países podrían controlar adecuadamente la pandemia durante el otoño, el próximo invierno boreal puede traer una “segunda ola” de infecciones en China.

No obstante, el estudio reconoce los esfuerzos de vigilancia de la epidemia que el gigante asiático está llevando a cabo actualmente “para garantizar una segunda ola manejable”, por lo que Zhang afirmó que la experiencia demuestra que cualquier resurgimiento de infecciones a finales de 2020 será manejable, y no requerirá una repetición de las medidas de aislamiento ordenadas para frenar la propagación del virus.

Según los informes del régimen chino, los contagios importados constituyen la gran mayoría de los nuevos casos confirmados en las últimas semanas. Esto llevó, por ejemplo, a que las autoridades cierren la frontera terrestre con Rusia.

De cualquier forma, la detección temprana ha sido la principal arma de este país para controlar el brote y, en este sentido, el estudio pone como ejemplo el caso de la provincia de Guangdong, en donde en un plazo de 30 días se realizaron un total de 320.000 pruebas PCR.

“Durante mucho tiempo, la prevención y el control de las epidemias pasarán por períodos de relajación y endurecimiento. Será posible vivir y trabajar normalmente, pero probablemente no será posible erradicar completamente los brotes”, advirtió Zhang.

Lo que se resume a que incluso cuando los países hayan superado el pico de contagio, deberán seguir trabajando conjuntamente contra la pandemia.

Por otro lado, el experto también estimó que Estados Unidos pondrá su brote bajo control en mayo. E indicó que los testeos constantes y el rastreo de contagios, combinados con la hospitalización inmediata de los casos confirmados, son la fórmula para un control efectivo de la epidemia.

China ha comenzado los ensayos clínicos en humanos de tres posibles vacunas contra el coronavirus, una de ellas desarrollada por la Academia Militar de Ciencias. Hasta la fecha, al menos 3.341 personas han muerto en China a consecuencia de la COVID-19 entre los 82.249 diagnosticados.

Meses atrás, los chinos eran los más afectados por el patógeno, pero ahora eso ha cambiado y otros países encabezan la lista de contagios. Con este positivo panorama en el país más poderoso del continente asiático, la nación ya pudo cerrar los hospitales temporales que atendían a infectados, permitiendo así que varias brigadas médicas viajen a ayudar a otros países golpeados por la pandemia.