“Queremos estar vivas, no queremos mas maltrato”
Entre 2014 y 2018 se reportaron 313 casos de femicidios; 309 fueron judicializados, hay 143 con resolución judicial y 157 tienen algún tipo de sentencia.
Respeto, igualdad de derechos, oportunidades, equidad, voz. Libertad. Estar vivas, sobre todo. Fue lo que pidieron ayer decenas de mujeres en las calles de Guayaquil al conmemorar el Día Internacional de la Mujer; una fecha que en todo el país fue recordada con marchas y manifestaciones, que así como dejaron en claro cuáles han sido los avances obtenidos en el proceso de esta conquista femenina, también resaltaron lo que aún hace falta.
La marcha en Guayaquil empezó en la Plaza Rodolfo Baquerizo Moreno, caminó el centro, paseó por el Centenario y llegó hasta la plazoleta de la iglesia San Francisco, ícono de voces levantadas. Gritaron por ellas. Con carteles, banderas multicolores y tambores.
Gritaron por sus muertes. Por recordar que solo en 2018 en el país se registraron más de 44.000 denuncias por violencia física, psicológica y sexual contra mujeres. “Somos el grito de las que ya no volvieron. Queremos estar vivas, no queremos más maltrato”, reclamaron.
A la jornada acudieron diversos colectivos de mujeres, además de familias guayaquileñas enteras. A lo largo de la avenida 9 de Octubre se fueron sumando más caminantes. Más luchadoras.
“Quiero un Guayaquil feminista porque ser feminista es sinónimo de igualdad”, dijo Mónica Zambrano, la propietaria de una cafetería de esta arteria que, por unas horas, dejó encargado su negocio para, también con un gran cartel, exigir un “trato digno y justo” para las féminas.
Las marchistas se tomaron de forma simbólica la Plaza de la Administración Rodolfo Baquerizo. Le colocaron un cartel que llevaba el nombre de Bertha Ferrín, quien luchó para que las condiciones de vida de hombres y mujeres mejoren en la ciudad, y organizó paralelamente al Guasmo y al barrio Cuba.
Silvia Miranda, activista y abogada, por primera vez participó en la marcha. “Estoy aquí porque me cansé de apoyar a las mujeres desde la comodidad de mi casa. Reconozco que antes esta lucha para mí no importaba. Sin embargo, veo que cada vez hay más violencia. Violencia hacia nosotras. Me uno y activamente, porque no quiero que un nombre más esté en la lista”.
La mujer sigue siendo avasallada por la ideología machista, precisó más temprano Cecilia Endara, abogada y presidenta de las Ciudadelas Unidas del Norte, en la Plaza de la Administración, que ayer se repletó de carteles lilas y rosas que incitaban al cambio.
Había allí mensajes y dos enormes torres que, por un lado, llevaban el nombre de las féminas asesinadas en los últimos años y, por el otro, hacían énfasis en las cualidades de las mujeres: fuertes, guerreras, amigas...
“Vivimos en una ciudad tan maltratadora que aún se piensa en quitarle la vida a una persona y ese es nuestro mayor problema”, enfatizó Miranda (una de las protagonistas del movimiento), que si bien reconoce que en Guayaquil existe más apoyo a este tipo de causas, acepta que asimismo existe indiferencia.
Los dos crímenes atroces cometidos entre diciembre del año anterior y enero a Martha (nombre protegido), quien sufrió una violación grupal en un bar-restaurante de Quito, y a Diana, asesinada en las calles de Ibarra, cita como ejemplo Griselda Villón, miembro de la fundación María Guare, también presente en la Plaza de la Administración, generaron reacciones; pero no las necesarias para que exista un cambio permanente o para que se “creen políticas de género”.
Claro está, dijo haciendo una pausa, que el respeto y la igualdad van escalando de a poco los peldaños. “No hemos retrocedido, eso sí que no”, aseguró. “Hay hombres que se han sumado a la lucha; unos porque han sido testigos de cómo su madre, una hermana o una novia ha sido víctima de la agresión del hombre. Y otros porque finalmente, que es lo que debería pasar, están haciendo conciencia”.
Ana Batallas, abogada y especialista legal del programa municipal ‘Amiga, ya no estás sola’, considera que aún hay mucho por hacer. “Mientras todos se rasgaban las vestiduras por Martha, había una niña violada en la Trinitaria y otra prostituida por su madre en Manabí”, recordó con indignación.
Sin embargo, hay voces de aliento, continúa la funcionaria. “Guayaquil es pionero y ejemplo a nivel nacional de la lucha por los derechos de la mujer, tanto por el programa, que ofrece asistencia informativa a mujeres de todos los estratos sociales, como por el trabajo articulado que se realiza con las diferentes entidades estatales: Defensoría, Policía, Fiscalía, así como con las oenegés”.
“Era un proceso necesario que nos ha enseñado a entregar un mejor trato, a trabajar de forma diferente, a promover la agilidad y la eficacia, y a entender que nos están pagando para dar un trato de calidad”.
La magíster Perla Adrián Cucalón, docente universitaria y fundadora de la Coordinadora Política de Mujeres del Guayas, coincide en que la ciudad ha avanzado en la lucha feminista, por cuanto se impulsan campañas agresivas en el cumplimiento del derecho de las mujeres.
En los noventa, cuando Cecilia Calderón y Anunciata Valdez fueron diputadas, se impulsaron la ley 103, las comisarías de la mujer, la participación femenina en la política. “Toda esta lucha se ha vivido y ahora queremos forjar un observatorio ciudadano para el cumplimiento de nuestros derechos”, adelantó.
Lamentó, sin embargo, el trabajo pendiente. “Las estructuras de nuestras instituciones son patriarcales. Esto es política. Las organizaciones de mujeres estamos haciendo todo lo que tenemos que hacer por nuestros derechos”.