El autoritarismo y la violación de los derechos humanos ha sido la característica fundamental de los traficantes de miseria en el mundo, quienes deliberadamente han engañado a los pueblos promoviendo el bienestar social y económico a través de un Estado obeso, lleno de burocracia partidista e inoperante.

Han desterrando la técnica, el avance de la ciencia y la tecnología sepultando la meritocracia y arruinando la vida de sus países y sus habitantes. No todos los caudillos piensan de la misma manera, existen diferencias en el tiempo y en las “tácticas” empleadas, pero el fin es el mismo, el desprecio por la libertad personal y la dignidad humana ha cambiado de la idolatría por el poder.

Los delirios ideológicos como síntomas de la paranoia política delatan una personalidad perversa de los “ídolos” o supuestos líderes para transferir miseria a cambio de lujos, prebendas y corrupción. Es verdad que el populismo comienza a tener reveces en América Latina pero también es necesario incentivar el sentido común de la gente para hacer de la libertad individual un patrimonio de la cultura de los pueblos. Para alcanzar el progreso se requiere derrotar el engaño populista con elecciones libres y democráticas controladas por organismos nacionales e internacionales imparciales que garanticen pulcritud en el proceso. Es nuestra obligación rescatar la libertad, el estado de derecho y la República.

Dr. Rodrigo Contero Peñafiel