“Es necesario ser honesto”
La honestidad de cada ciudadano obliga a entender que no solo se limita a no hurtar bienes ajenos sino también a pensar en la necesidad primordial en comprender que si somos realmente honestos con nosotros mismos hemos de respetar a los demás para poder ser respetados.
Vivimos una realidad innegable, no hay honestidad ni respeto porque cada quien pretende hacer creer que su pensar y hacer es más que el de los demás.
¿Por qué hay tanta obcecación? Por egoísmo, por yoísmo y por egolatría. La mejor forma de salir al paso es admitir las limitaciones individuales que pueden prevalecer por ideas mejores que es imperativo respetar.
Eduardo Jiménez