La Izquierda Democrática (ID) anunció que se desentiende de cualquier apoyo a los finalistas de la segunda vuelta presidencial, porque tiene problemas internos importantes que coparán el tiempo de la organización política en la siguientes semanas.

Este 21 de septiembre de 2023 la facción de la ID que apoya a Analía Ledesma, que fue reconocida por el Consejo Nacional Electoral (CNE), se tomó simbólicamente el edificio del partido ubicado en el norte de Quito y que hasta hace poco era administrado por Enrique Chávez que dirigía al partido.

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Ahí, la dirigente informó que las finanzas de la organización política son precarias y que para solventar los gastos y las deudas incluso tendría que salir del bolsillo de los militantes, lo que no cayó muy bien entre los presentes que llegaron desde varias ciudades.

Ledesma prefirió no hablar de "robos", pero si quiere saber cómo se administro el dinero que ingresó a la ID, tanto de los recursos que entrega el CNE como la militancia, por lo que anunció la contratación de una auditoría externa.

La nueva dirigencia tampoco está clara y convencida del número de adherentes que se supone tiene las Izquierda Democrática, por eso iniciarán un proceso de carnetización para saber con cuánta gente llegan a las elecciones de 2025, a las que se proyectan como objetivo.

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Finalmente, buscarán reactivar los espacios de formación política que, según Ledesma, han sido abandonados durante los últimos años y sería uno de los obstáculos para la formación de nuevos cuadros.

En el evento, no estuvieron presentes dirigentes históricos como Rodrigo Borja o Wilma Andrade, que fue quien se encargó de rearmar el partido antes de la última crisis de la ID. Sin embargo, Ledesma aseguró que cuenta con su apoyo.

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