Carlitos pasó su cumpleaños número 3 en un hospital. En lugar de una torta, el infante llevaba un equipo de venoclisis en su manita derecha para la administración de un suero. Llegó cargado por sus padres porque presentaba vómitos y diarrea.

“No ha comido nada malo, es producto de las aguas contaminadas con las heces que se han combinado. Nuestra casa se inundó en el centro de Chone y ahora estos son los efectos”, lamentaba César Cisneros, padre del niño, en las puertas del área de emergencia del Hospital de contingencia del IESS, ubicada en la ciudadela Los Naranjos.

Estos son los síntomas del posdesastre en Chone, cinco días después de la declaratoria de emergencia sanitaria. Las aguas de los ríos se mezclaron con las aguas servidas. Si bien las crecientes descendieron y las calles dejaron de ser piscinas, ahora hay lodo, malos olores y polvo.

En las casas de salud se evidencia el aumento de pacientes con problemas gastrointestinales. En el hospital del IESS, de 150 pacientes que se atienden en emergencia, el 30 % presenta cuadros de vómito y diarrea.

Rita Mendoza llegó con su nieta de 2 años desde la parroquia San Antonio. También presentaba vómito, lo que obligó a llevarla al hospital. El mismo panorama se evidencia en el Centro de Salud Tipo C que funciona provisionalmente en el Bloque A de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí.

Eddy Delgado, director del Distrito de Salud Chone-Flavio Alfaro, informó que ha aumentado la llegada de pacientes con problemas respiratorios, dermatológicos y gastrointestinales, a causa de las lluvias.

“Atendíamos hasta 70 pacientes en emergencia, ahora estamos atendiendo entre 100 a 150”, explicó Delgado, quien reconoció que los números podrían aumentar por las repercusiones de las inundaciones.

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