El nuevo rector de la Universidad Central, Patricio Espinosa, habla sobre los ejes de trabajo que va a ejecutar durante los cinco años de gestión. Su plan se basa en atender cinco pilares fundamentales como acceso a la educación, salud mental, seguridad, sostenibilidad financiera y formación académica.

¿Cómo se siente el asumir este cargo en un momento tan crucial para la educación superior?

Me siento muy grato con la comunidad académica universitaria y el país, que ha estado reclamando efectivamente una universidad contemporánea acorde a la situación.

Durante los 10 años ha sido un “statu quo” que ha hecho todo lo posible bajo limitaciones, con un ejercicio no adecuado del presupuesto de la universidad y una devolución del 30 % en los últimos 10 años. Esta realidad genera preocupación en estudiantes y profesores, exige soluciones inmediatas y una transformación profunda.

¿Cuáles son los retos?

Tenemos un gran reto de cumplir con todas expectativas, mejorar lo que se ha hecho y seguir adelante con la universidad, que es el cerebro de la sociedad.

¿Cuáles son sus ejes de trabajo para estos años?

Busco la extensión de la sede de la Universidad Central en Nueva York para atender las necesidades de los estudiantes, profesores. En la UCE, tenemos un amplio campo académico de acción y la gente quiere obtener su título en la Central.

Vamos a establecer un convenio de cooperación, también hay la opción de ampliar la sede en Sevilla- España.

¿En qué consiste el convenio?

Es una enseñanza online a distancia y lo que hacemos usualmente, con los profesores, es viajar cada 15 días para dar clases semipresenciales. Entonces, ya hemos realizado un acuerdo con el cónsul de Nueva York y su equipo para detectar las necesidades académicas.

Eso en el ámbito internacional, pero ¿Cómo se va a solucionar la problemática de que los estudiantes se quedan sin cupo para ingresar a una carrera?

Vamos a retomar para el próximo semestre el análisis correspondiente de ingreso en este modelo, en el que todos tengan la posibilidad de escoger libremente la carrera.

Quiero implementar la zonificación para dar un gran porcentaje de cupos a las provincias del Oriente, Costa y del norte del país, y que así tengan más posibilidades de estudiar.

¿Se ha planteado reformar las mallas curriculares para que vayan acordes al mercado laboral actual?

Por supuesto. Esa es la vinculación comunitaria. Debemos hacer estudios de recursos humanos que requiere el país por lo menos hasta el año 2050. Por ejemplo, en un estudio que hice hace tres años, las personas que se jubilan realmente no tienen quién les atienda. Hicimos un convenio con el IESS para crear el primer curso de gerontología y buscar técnicos. La idea es replicar en cada provincia.

¿Cuál es el siguiente eje de trabajo?

Se trata de la implementación de concursos de méritos y oposición para que profesores y trabajadores puedan acceder a contratos definitivos.

Esta medida representa un cambio radical en la UCE, donde muchos trabajadores han estado durante años en una situación de incertidumbre laboral, con contratos temporales o sin ningún tipo de contrato.

¿En cuestión de seguridad?

Hemos mantenido una reunión con el alcalde de Quito, Pabel Muñoz, para trabajar en la implementación de un carné estudiantil, que garantice la seguridad y el transporte público de los estudiantes con una tarifa diferenciada y de acuerdo a un análisis socioeconómico.

¿Qué otras medidas se estima adoptar?

Como medida adicional de seguridad, se instalarán botones de pánico cada 100 metros en las zonas de mayor afluencia de estudiantes. Estos dispositivos estarán conectados a un sistema de alerta, que permitirá a las autoridades acudir si existe algún caso de emergencia.

Además, trabajar en conjunto con el Municipio para evitar que existan discotecas o bares ubicados cerca de los establecimientos, como establece la norma municipal.

Se ha venido reduciendo el presupuesto a las universidades.

¿Cómo va a solventar su plan de trabajo?

Se implementará una planificación por procesos, con evaluaciones trimestrales para asegurar un seguimiento constante y una toma de decisiones oportuna.

Se tiene previsto aumentar la autogestión al 10 % anual, otorgando a las facultades la libertad y la responsabilidad de administrar los servicios que ofrecen a la comunidad.

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