Hay posibilidades
La caída del petróleo nos enfrenta a dos problemas: primero la reducción muy material de los ingresos fiscales y segundo una disminución enorme de divisas en Balanza de Pagos. Si tuviera que escoger el más grave en un ambiente dolarizado, diría que la reducción del flujo de divisas, pues la caída de ingresos fiscales puede irse ajustando con reducción de inversión pública, pero generar exportaciones no es un asunto de soplar y hacer botellas, y cortar importaciones es muy doloroso. No obstante aquello, hay posibilidades –tomará tiempo- para que el país pueda revertir el choque externo.
En una excelente publicación de Raymond M. Keogh (Catie 2013) sobre temas forestales, se establece que para el año 2050 existirá un déficit mundial de maderas duras tropicales por 100 millones de metros cúbicos. A lo anterior hay que añadir que con base en los acuerdos de París de fines de 2015 (COP21), existe el compromiso de 195 países para acabar con la pérdida de bosque natural hasta el año 2030. Esta decisión de la comunidad internacional provocará un déficit mucho mayor al estimado años atrás, pues utilizando solamente el ejemplo de la teca, 27,9 millones de hectáreas corresponden a bosques naturales, y tan solo 3,1 millones de hectáreas son plantaciones.
Ecuador tiene un gran potencial para suplir de maderas tropicales a mercados enormes. Solo para citar cifras, nuestro país ha perdido ingresos de exportación por casi $8 millardos, y un complejo forestal de teca a edad de corte de 130 mil hectáreas puede suplir esas exportaciones, a valor presente.
Ecuador tiene un buen programa de incentivos forestales (PIF), el cual debe ser sostenido y ampliado al desarrollo de logística y transporte, capacidad de valor añadido, genética, academia, desarrollo de mercados, entre otras tareas. Por cada $1,00 que hoy invierte el Estado en el PIF, recibe $16,98 en impuestos y el sector externo $74,61 en exportaciones, siempre a valor presente.
Hay posibilidades de salir adelante, pero las soluciones deben ser encaradas por el Estado y el sector privado conjuntamente. No se puede perder tiempo.
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