
Sin harina no hay pan, pero si arrestos y expropiaciones
Acusándolos de violar la “Ley de Precios Justos”, las autoridades entregaron los dos establecimientos a los Comités Locales de Abastecimiento y Producción, grupos comunales que distribuyen alimentos subsidiados en zonas populares.
Apoyados de milicianos populares, inspectores del Gobierno venezolano vigilan en las panaderías que el pan salga del horno: enfrentan un supuesto complot para inducir la escasez del alimento básico, pero para muchos es una batalla perdida.
“La guerra del pan”, como la llama el presidente Nicolás Maduro, llevó esta semana al despliegue de la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos (Sundde), que ha dejado cuatro detenidos y dos panaderías expropiadas en Caracas.
Acusándolos de violar la “Ley de Precios Justos”, las autoridades entregaron los dos establecimientos a los Comités Locales de Abastecimiento y Producción, grupos comunales que distribuyen alimentos subsidiados en zonas populares.
El pasado domingo, el presidente socialista había advertido que caería “todo el peso de la ley” contra los panaderos que “esconden el pan al pueblo”, por lo que ordenó inspecciones de la Sundde, acompañadas de policías, militares y civiles uniformados (milicianos).
En un recorrido por panaderías de Caracas, muy pocas tenían pan. En las que había, se vendía de forma restringida a cada persona.
“No va a mejorar nada. No puede haber más pan si el Gobierno no da harina. Hacen operativos para aparecer en televisión como que están solucionando el problema”, declaró Alexis Méndez, un profesor jubilado de 68 años.
Venezuela atraviesa una aguda crisis económica, con una inflación disparada y una severa escasez de alimentos y medicinas. Largas filas se forman en supermercados y, desde hace meses, también en las panaderías.
La Federación Venezolana de Industriales de Panificación y Afines (Fevipan) afirma que las 8.000 panaderías del país necesitan 120.000 toneladas de trigo por mes para cubrir la demanda, y que el Gobierno solo distribuye 30.000 toneladas.
Los productores denuncian que los precios a los que la ley les exige vender son inferiores a los costos de producción. El último precio anunciado por la Sundde para la barra de pan es de 250 bolívares (0,35 dólares); sin embargo, en la calle se consigue hasta en 900 bolívares (1,2 dólares).