La nueva apuesta educativa pasa por aprovechar el entorno para la enseñanza. Además de hacer partícipes a los padres y reforzar el peso de los profesores, el Gobierno plantea un modelo donde los niños que estudien en el campo puedan maridar el conocimient

El Gobierno cambia el modelo educativo en pro de los valores

52 % de las escuelas fiscales son unidocentes o bidocentes. El sistema público tiene casi 13.000 escuelas.

Empezar por la semilla para tener ciudadanos respetuosos y solidarios con todas las personas. El objetivo con el que el presidente Lenín Moreno anunció anoche la reapertura inmediata de todas las escuelas rurales del país es recuperar los valores del pasado. Por un lado, se retoma el modelo educativo anterior al régimen de Rafael Correa, que cerró más de 14.000 escuelas en una década. Y por otro, apostar por una formación cercana, familiar, que afiance el civismo desde la infancia.

“El aula de enseñanza lo es de valores, no tiene paredes, además. El aula es la casa, es el bosque, es el parque, es la ciudad... Todo espacio que sirva para formar, para aprender y, sobre todo, para dar ejemplo”, quiso contagiar a los ecuatorianos de un movimiento que, a fin de cuentas, desautoriza el anterior modelo educativo.

A partir de la próxima semana, según el anuncio presidencial, se reabrirán todas las escuelas rurales del país. “Hoy hay niños y niñas que caminan largas distancias, la mayoría de las veces en pésimas condiciones, para llegar a lo que se llamó la Escuela del Milenio. Los hogares pobres tienen que sacar de sus bolsillos para el transporte. Muchas familias migraron a las ciudades para buscar otra alternativa educativa”, justificó Moreno una decisión que venía anunciándose desde el inicio de su mandato y que fue uno de los primeros movimientos de quiebre respecto al legado correísta.

El ministro de Educación, Milton Luna, ya avanzó en diciembre, al poco de asumir la cartera, que no estaba de acuerdo con las Escuelas del Milenio. Pero matizó que el inconveniente no está en la escuela, sino en el modelo que acarreaba detrás: el de cerrar otros centros educativos unidocentes o bidocentes, sobre todo en zonas rurales, a cambio de una instalación de mayor tamaño donde reunir a la población estudiantil de zonas aledañas y no tan aledañas. La reapertura de escuelas en el campo es la nueva apuesta recuperada del pasado y se sustenta en cifras que desmontan la trascendencia de las Escuelas del Milenio. Según las cifras que presentó el año pasado el predecesor de Luna en el cargo, Fander Falconí, en ese tipo de centro solo se forma el 3,6 % de los 4,5 millones de estudiantes que acuden al sistema educativo público.

Para afianzar la educación de los jóvenes ecuatorianos, la estrategia gubernamental pasa también por darle más tiempo a los maestros para labores educativas. Es decir, menos burocracia. “El profesor tiene que llenar alrededor de 30 formularios administrativos, reduciendo significativamente su tiempo, que es precioso para preparar, para dictar clases, para inculcar valores”, adelantó el presidente Moreno anoche en una cadena televisada. “Una buena educación empieza con maestros que se sientan respetados, que cuenten con capacitación constante y con la seguridad de que su trabajo será reconocido”. Un mensaje de respaldo para los 200.000 profesores que integran la red educativa pública.

Respeto de ayer para un mañana

El presidente Lenín Moreno inició su cadena nacional alabando el rol de la familia en la enseñanza de valores de los niños y apelando a los principios que antes se aprendían en casa: el amor, el cuidado a los familiares, el respeto a las mujeres y la solidaridad con los inmigrantes. “Todos, todos, tenemos un familiar migrante o somos migrantes o venimos de una familia que migró. Por eso no podemos siquiera imaginar un Ecuador que no abra sus brazos al extranjero”.