Falta el cocolon

La Fiscalía General del Estado se encuentra ocupada desenredando la maraña de recetas truchas, cuyos ingredientes responden a la corrupción de todas las especies imaginadas.

Pareciera ser que en verdad la mesa sí estuvo servida para los banquetes y festines propios de contrataciones amañadas con sobreprecio y campañas electorales sazonadas con “donaciones” con piola; es decir, como comprando el derecho preferente a participar en el concurso de “agarra lo que puedas y como puedas”.

La cooperación eficaz, de una de las “sub-chefs” en la preparación del “arroz verde”, está revelando no solo a los “proveedores de los insumos”, sino también a los comensales del festín de los autodenominados verdes, que resultaron ser tales por su amor a los dólares, adobados con polvitos mágicos y yerbitas exóticas provenientes de los recursos de los carteles de la droga.

Resultó ser que descubiertas las pillerías de los comensales, comenzaron a caer como plato de entrada, sardinitas y anchoas de poca monta, saladas por ser las más fáciles de incriminar; de plato intermedio, un ‘vice’, con uno que otro acompañante de difícil digestión, como guarnición.

Se habla de un “INA pastelillo”, que pareciera ser el postre, y como tal, pareciera ser de poca monta comparado con los 12 años de banquetes y festines de los de la “mesa servida”.

Todas las acciones tomadas por la Fiscalía General son plausibles, y a pesar de que es su obligación hacerlo porque, justamente, ese es su trabajo, pareciera un hecho extraordinario ante los 12 años de impunidad generados por la ineficiencia conveniente de quienes dirigieron dicha dependencia.

Es verdad, que aún no se descifra por completo la receta del arroz verde, de sus complementos, como si de arroz marinero se tratara; ni tampoco se descifran aún los ingredientes del “INA pastelillo” de postre. Lo que no podemos dejar de considerar es que por regla general, el condumio y el cocolón quedan en el fondo de la olla, por lo que es indispensable que la Fiscalía General raspe el fondo de la misma para no olvidar el cocolón, que con seguridad, tendrá sazón belga.