La ciudad de Esmeraldas vive una de las peores emergencias de su historia, tras soportar una fuerte lluvia que duró más de 12 horas y que provocó inundaciones, deslizamientos, derrumbes y caos vehicular en varios sectores, especialmente en el sur de la ciudad.

Según información preliminar proporcionada por el Cuerpo de Bomberos de Esmeraldas, alrededor de unas 300 familias han resultado afectadas por el desbordamiento de los ríos Teaone y Esmeraldas, que han arrasado con viviendas, cultivos, animales y enseres.

En el sector Gatazo, uno de los más golpeados por la creciente del río Teaone, el miedo se apoderó de los habitantes, que recordaron con angustia la tragedia del 4 de junio del 2023, cuando el mismo río se desbordó y dejó decenas de muertos y desaparecidos. “No hemos podido dormir, estamos asustados, el agua nos llega hasta la cintura, hemos perdido todo, no tenemos dónde ir”, relató María García, una de las damnificadas.

El Cuerpo de Bomberos de Esmeraldas, dirigido por el comandante Tnt. Miguel Perea, se mantiene alerta, atendiendo las emergencias derivadas de las lluvias. “Hemos rescatado a varias personas que estaban atrapadas en sus casas, hemos evacuado a otras a albergues temporales, estamos coordinando con otras instituciones para brindar ayuda humanitaria a los afectados”, informó Perea.

En la vía de Aire Libre, en el sector del Club Unión, la situación no es menos dramática. El agua y el lodo cubrieron la carretera, impidiendo el paso de vehículos y peatones. Un automóvil quedó atrapado desde la madrugada, sin que se conozca el estado de sus ocupantes. “Hemos llamado a los bomberos, a la policía, pero nadie viene, no sabemos si hay gente adentro, si están vivos o muertos”, dijo José Sánchez, un vecino del lugar, que observaba con impotencia el escenario.

A pesar de que el fenómeno climático ha sido benevolente en los últimos meses, la ciudad enfrenta lecciones no aprendidas cada vez que un evento natural impacta la región. La falta de planificación, la deforestación, la construcción en zonas de riesgo, la basura y el colapso de los sistemas de alcantarillado son algunos de los factores que agravan la situación.

En el sector de La Victoria, al sur de la ciudad, la congestión vehicular fue consecuencia directa de las lluvias intensas, según informan los residentes. El agua anegó las calles, dificultando la movilidad de los conductores, que buscan vías alternas para llegar a sus destinos. “Esto es un caos, llevo más de una hora tratando de salir de aquí, no hay semáforos, no hay agentes de tránsito, nadie respeta nada”, se quejó Luisa Pérez, una comerciante que iba a entregar su mercadería.

La ciudad de Esmeraldas enfrenta un nuevo desafío ante la naturaleza, y las autoridades trabajan incansablemente para mitigar los impactos de estas inclemencias climáticas. Con la finalidad de constatar las afectaciones provocadas por la fuerte lluvia que soporta la ciudad, el gobernador Javier Buitrón y su equipo de trabajo recorrieron los sectores inundados. “Estamos activando los planes de contingencia, movilizando recursos, asistiendo a los damnificados, no los vamos a dejar solos”, aseguró Buitrón.

Uno de los casos más graves se registró en el barrio Chone, donde un derrumbe afectó a varias viviendas, dejando a sus habitantes bajo los escombros. Los bomberos y los vecinos trabajan a contrarreloj para rescatar a los posibles sobrevivientes. “Escuchamos un estruendo y vimos cómo la tierra se llevaba las casas, fue horrible”, contó Ana Mendoza, una de las afectadas.

La Unidad Educativa Jaime Hurtado, ubicada en el centro de la ciudad, también sufrió las consecuencias de la lluvia. El agua ingresó a las aulas, los laboratorios, la biblioteca y la cancha deportiva, dañando el mobiliario, los equipos y los materiales educativos.

Los docentes piden la intervención del Ministerio de Educación para recuperar las instalaciones y garantizar el derecho a la educación de los estudiantes. “Estamos muy tristes, hemos trabajado mucho para tener una escuela digna, y ahora todo está destruido, necesitamos ayuda urgente”, expresó un docente que pidió no ser identificado.

• En la provincia de Manabí, el cantón Pedernales también sufre inundación

Un panorama similar atraviesa la provincia de Manabí. Uno de los cantones afectados es Pedernales. La lluvia, que empezó a las 23:00 del lunes, se extendió hasta la mañana del martes y dejó varias instituciones educativas bajo el agua. Una de las más afectadas es la escuela Víctor Manuel Peña Herrera, ubicada en el sitio Beche.

Las crecientes de los ríos Beche y Tachina movieron a varios habitantes a sacar sus enseres y abandonar sus casas. “He dispuesto que todo el equipo municipal esté en territorio ayudando a la gente. Estamos habilitando accesos, evacuando aguas y poniendo a buen recaudo a la ciudadanía”, aseveró Manuel Panezo, alcalde de Pedernales.  (AG)

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