Aunque aún está lejos de ser similar a la situación que vivió Guayaquil entre marzo y abril por la pandemia de coronavirus, el aumento de casos confirmados y fallecidos preocupa en la capital.

Ver personas golpeando las puertas de los hospitales buscando atención para sus familiares, enfermos que mueren en la calle, en los taxis o en sus domicilios, es algo que se repite con más frecuencia. Tanto que las autoridades han tenido que reconocer lo complejo de la situación.

La situación que ha vivido Quito en las últimas semanas ha hecho necesario, nuevamente, el apoyo de miembros de Fuerzas Armadas en los controles en las zonas de mayor aglomeración y contagios.

El jueves, 400 militares procedentes de Latacunga y Machachi ayudaron en los controles. Aunque los militares han estado presentes siempre en los controles de armas y municiones, han apoyado los operativos de la Policía y la Agencia Metropolitana de Control del Municipio, su presencia será más frecuente desde este lunes.

Carapungo, Calderón, Carcelén, Chillogallo, Guamaní, la Ferroviaria, el Centro Histórico serán parte de los sectores en los que se verá mayor presencia de los uniformados.

La situación en la capital se ha complicado. Lo evidencian las cifras. Hasta el jueves, Criminalística de la Policía había levantado 106 cuerpos de fallecidos por COVID-19, entre los recogidos en domicilios, en la vía pública y dentro de hospitales. El viernes, la cifra se actualizó a 112. La misma cantidad reportó la Empresa de Gestión de Residuos Sólidos del Municipio (Emgirs). La mayoría corresponde al sur y norte de la ciudad.

Las cifras del Ministerio de Salud indican, en la provincia de Pichincha, hasta el jueves 9.642 casos confirmados de los 65.018 reportados en el país. De ese número, Quito tiene 8.746. El cantón Mejía tiene 329 y Rumiñahui, 378. En total la provincia reporta 568 fallecidos, la mayoría en la capital, de los 4.939 muertos reconocidos oficialmente.

El sistema de emergencias ECU 911 es otra entidad que registra incremento de llamadas. Según su director Juan Zapata, solo en la última semana se registraron 380 comunicaciones relacionadas con casos de coronavirus. Es casi la mitad de llamadas que ingresaron en el sistema entre el 1 y el 30 de junio de este año. En ese mes el ECU registró 11.468 emergencias de gestión sanitaria en general.

Las cifras de defunciones en la provincia de Pichincha también subieron en los últimos tres meses. Según los números de la página web del Registro Civil, hasta el 30 de junio de este año hubo el registro de 8.124 defunciones. El aumento se produjo desde abril. Mientras en marzo fueron 1.107, en abril aumentaron a 1.281, a 1.577 en mayo y 1.803 en junio.

En el mismo periodo en 2019 en Pichincha hubo 6.501 defunciones contabilizadas por el Registro Civil. En marzo fueron 1.100; abril, 1.002; mayo, 1.074, y junio, 1.105. En los últimos tres meses son 1.623 defunciones más que en el mismo periodo del año anterior.

Las alertas por la gravedad de la situación no solo ha venido por el colapso en hospitalización, terapia intensiva y en Cuidados Intensivos.

Quienes trabajan en el sector funerario también se alarmaron por el incremento en la demanda de cremaciones.

Sebastián Barona es el gerente del Grupo La Paz, que maneja la funeraria Los Lirios y La Paz. Además es el coordinador nacional de la Federación de Funerarias. Él señala que entre enero y febrero hacían siete cremaciones diarias. Pero desde marzo que se decretó la emergencia sanitaria en la capital empezaron con 11 cremaciones diarias sin bajar el nivel.

La primera semana de alerta, cuando se recogieron cerca de 20 cuerpos en tres días en calles y avenidas, registraron un incremento de solicitudes para cremaciones. Solo el sábado 4 de julio fueron 30. Afirma que vieron que había recurrencia en los pedidos y ensamblaron dos hornos crematorios más, que ya están activados y cuentan con los permisos.

Dice que con ellos ya pueden atender 35 cremaciones diarias. Cada una dura dos horas. Pero reconoce que con el número de contagios y el “sistema de salud desbordado es fácil que colapse el sistema funerario”. En la capital existen cuatro grupos de funerarias que manejan ocho hornos.

El alcalde de Quito, Jorge Yunda, insiste en que es necesario seguir trabajando en el control de las aglomeraciones, en el uso de la mascarilla, en el lavado de manos. Opina que esa es la función principal que se hace más que nunca necesaria.

Señala que la ciudad está ya con un movimiento importante de personas, dado el color amarillo del semáforo epidemiológico y las disposiciones del Comité de Operaciones de Emergencia (COE) nacional. Recordó que desde el Cabildo se hicieron una serie de recomendaciones y exhortos que “lamentablemente no fueron atendidos, sin embargo, tenemos que acatar las disposiciones de la autoridad nacional”.

El alcalde reiteró que están luchando contra la enfermedad. Entre las acciones emprendidas están el incremento de la atención del Centro de Atención Temporal en el Bicentenario, a donde inicialmente habían llegado entre 10 y 18 pacientes leves y moderados, y al momento existen 119 pacientes. Ratificó que seguirán creciendo hasta que se complete la capacidad de 370 camas que tiene ese espacio.

Informó, además, que al momento existen ocho pacientes en cuidados intermedios y se aumentará a 20 en esa área.

Según el alcalde, se sigue realizando el diagnóstico en diferentes sectores de la ciudad y en parroquias con la aplicación de las pruebas PCR. Reconoció que la ciudad no está libre de vivir una situación que pueda complicarse, pero por ahora trabajan para que el sistema sanitario pueda responder frente a la demanda que tienen.

De las 100.000 pruebas adquiridas por el Municipio, el martes pasado, Linda Guamán, científica vocera de la Secretaría de Salud, reportó que se habían aplicado más de 13.000. Su eficacia, sin embargo, se ha puesto en duda debido a su baja sensibilidad. El director del ECU 911 mencionó que en el caso de las pruebas aplicadas a sus funcionarios no solo dieron falsos negativos, sino falsos positivos. Algunos han tenido que acudir a laboratorios privados para la confirmación de su estado de salud.

Desorden e Irrespeto

Los libadores y las fiestas clandestinas en la capital han sido un dolor de cabeza y un foco de incremento de contagios en la capital. La Policía y personal del Municipio han tenido que lidiar, además, con las aglomeraciones y desorden en las calles que se incrementaron tras la vigencia del semáforo amarillo.

Eso se evidencia con mayor fuerza en el sur de Quito. La noche del viernes 9 de julio, durante un control en el que intervinieron militares y 80 comandos de la Brigada de Fuerzas Patria, de Latacunga, se encontraron con decenas de personas jugando vóley y libando en las calles y canchas en el sur de Quito.

Fausto Salinas, comandante de la Policía del Distrito Metropolitano de Quito, dijo que los ciudadanos “debemos construir hábitos de vida congruentes con la crisis sanitaria y con la seguridad”. Indicó que eso significa el distanciamiento y bioseguridad, el respeto a la norma, evitar el consumo de licor y evitar ser parte de la economía del delito, y finalmente mejorar la tolerancia y respeto entre seres humanos.

Datos

Víctimas

Una de las últimas víctimas del coronavirus en Quito es una persona en situación de calle, fallecida el viernes.

Bicentenario

En el Centro Temporal de Acogida Bicentenario sigue ampliándose la capacidad de atención a pacientes.

Pruebas PCR

Ellos eran parte del grupo al que se aplicó las pruebas adquiridas por el Municipio capitalino.