En Ecuador se estima que entre el 9 % y 10 % de su población padece de diabetes. Entre los adultos y adultos mayores, dicho porcentaje puede elevarse hasta un 60 %. Es una de las primeras causas de muerte en el país y de los principales motivos de consulta médica. Pero el control y tratamiento de esa enfermedad depende de un fármaco que es importado y escasea de manera recurrente: la insulina.

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Una escasez que afecta sobre todo a los pacientes del sistema público de salud, quienes se quejan de manera frecuente de que no les entregan el medicamento. En parte eso se debe a que las unidades médicas deben ceñirse para su compra al precio y lista de proveedores establecidos en el catálogo electrónico del Servicio de Compras Públicas (Sercop).

Por su parte, el sector privado tiene más libertad para adquirirlo a un precio mayor, con tal de garantizar su disponibilidad y aplicación. No obstante, como han informado este y otros medios, en ciertos periodos la falta del producto se ha agudizado en el país.

¿Cómo se puede solucionar a mediano plazo la recurrente escasez de insulina en el país? Es la pregunta que EXPRESO planteó ante esta situación a profesionales y expertos en el tema que saben lo importante y necesario que es este producto.

“La insulina se considera un medicamento básico, ya que su escasez puede poner en peligro la vida de los pacientes con diabetes, que la necesitan para el manejo y control de su problema de salud. Si se trata de un paciente con diabetes tipo 1 insulinodependiente, puede significar un coma cetoacidótico que le puede llevar a la muerte”, resalta el presidente de la Sociedad Ecuatoriana de Endocrinología, Hernán Hervas.

“La única propuesta que nosotros hicimos es que tanto las insulinas y los insumos para el paciente con diabetes, como los glucómetros, tiras reactivas, jeringas para insulina, se exoneren de aranceles”, plantea.

“Deberíamos buscar una solución como la de tener una planta en Ecuador que cumpla con todas las garantías para la producción y así no depender de importaciones”, propone en tanto la endocrinóloga pediatra Katherine Estévez, de la Casa de la Diabetes azuaya.

La Agencia Nacional de Control, Regulación y Vigilancia Sanitaria (Arcsa) debería tomar medidas certeras y generar contacto directo con los proveedores para definir cuáles son las verdaderas causas de escasez, porque en otros países no hay problema con las insulinas y muchos de los pacientes indican que ellos la compran, agrega.

Con el criterio de contar con una producción local concuerdan Aracely Basurto, presidenta de la Fundación Fuvida, dedicada a la educación y ayuda a las personas con diabetes, y Gabriela Molina, nutricionista de la Casa de la Diabetes.

“Para abordar la persistente escasez de insulina a nivel nacional, una solución a mediano plazo podría involucrar la diversificación de proveedores y la promoción de la producción local. (Además) La implementación de medidas regulatorias que controlen los precios y fomenten la competencia, junto con la creación de reservas estratégicas y acuerdos a largo plazo entre gobiernos y fabricantes”, sostiene Molina.

La distribuidora farmacéutica Difare, a la que pertenecen las cadenas Pharmacy’s y Cruz Azul, dice que la pandemia aceleró la evolución de enfermedades como la diabetes y que los países latinoamericanos experimentan escasez de insulina. “Mantener un constante contacto con los proveedores es necesario para tratar de abastecer la demanda de cada país”, explica ante la consulta de este Diario.

La Corporación GPF, de Fybeca y Sana Sana, ofreció compartir su criterio, pero eso no se concretó. En todo caso, las nuevas autoridades de Salud tienen aquí varias opciones para solucionar un problema que afecta a miles de pacientes.

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• La situación: Hay menos empresas proveedoras

Los médicos especialistas en diabetes coinciden en que hay menos empresas proveedoras de insulina en el país, lo cual se suma a la creciente demanda internacional del producto.

Hubo tres empresas que tenían insulina y hoy solo hay dos: Novo Nordisk y Sanofi Aventis, afirma Hernán Hervas.

Eli Lily tenía Humalog, Humalog mix25 y Basaglar, que posiblemente se agotaron o salieron del mercado, explica.

Novonirdisk tiene Novolin N, Novolin 30/7 y Novolin R (frascos de 10 cc), que son mayor consumo. Ademas tiene Tresiba, insulina de acción ultra lenta; Levemir, de acción lenta; y Novorápid, de acción ultra rápida.

“Sanofi tiene Lantus y Toujeo, que son insulinas de acción prolongada; y Apidra, de acción ultra rápida”, dice Hervas.

Katherine Estévez, en tanto, indica que solo una empresa actualmente dice disponer sin problema de los tres tipos de insulina.

Autoridades de salud pública alegan una falta de oferta del producto al precio fijado en el catálogo electrónico. 

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