Drogas: combate sin tregua

Desde que el negocio de estupefacientes avanzó en el mundo hasta convertirse en una economía transnacional, todos los Estados le han declarado la guerra. Por eso no hay país del orbe que no esté dispuesto a combatirlo sin tregua. Del mismo modo, quienes manejan tan nefasto negocio no reparan en las más abiertas o encubiertas acciones para seguir realizando su acción destructora.

Los diferentes gobiernos del planeta están conscientes de que este es un enfrentamiento que se da por la necesidad de garantizar la supervivencia y el futuro de las sociedades, especialmente de sus sectores más jóvenes, ante el peligro que significa el avance del comercio y consumo de drogas. Es como algunos especialistas han dicho: la lucha entre quienes se proponen llevar a las sociedades a la muerte y quienes deben de proteger la vida de ellas.

En el país hasta hace unos pocos años estaba presente y activo el narcotráfico, cuanto el consumo de estupefacientes. Sin embargo, hoy puede decirse que la situación de ayer es solo un pasado lejano del cual tenemos escasas referencias. Actualmente el tráfico de drogas, con sus dos tenazas, asedia, irrumpe y penetra los más diversos sectores sociales.

En dos formas actúan el consumo y comercio de la muerte: por la vía del microtráfico y por la del negocio macro. El país y diferentes ciudades están amenazados por ambos modos de acción. En lo poco que va del año ya se han dado capturas de traficantes y de drogas. Desde 2015 su decomiso ha ido en ascenso. En ese año fueron de 79 toneladas, al siguiente 110, el año pasado se capturaron 100 y en los primeros meses del 2018 la cifra llega a más de 11 toneladas. Asimismo, las zonas críticas: Fortín, Pascuales, Trinitaria, Guasmo Sur, Bastión Popular y Portete, etc., no han dejado de estar activas, destruyendo la vida de adolescentes y jóvenes.

Distintos barrios de la ciudad, colegios y universidades son amenazadas por estos vendedores de la muerte. El microtráfico es una red que ha tejido un verdadero enjambre de puntos y zonas de venta, dinámicos distribuidores y ámbitos de consumo diverso. Ahí circula la H (la más dañina), marihuana, base, cocaína, etc. Es primordial la labor policial para perseguir y capturar a los traficantes. No obstante, todavía es un pedido generalizado que los jueces actúen apegados a la ley para impedir que el narcotráfico avance.