Estrategia para retener clientes, crear vínculos o ahorrar, depende desde dónde se mire, la yapa es una tradición presente en todo Ecuador. Sin embargo, también puede afectar los negocios. Conozcamos más de esta costumbre de pedir un extra.

Deme la yapa Por que los ecuatorianos pedimos yapita al comprar

Estrategia para retener clientes, crear vínculos o ahorrar, depende desde dónde se mire, la yapa es una tradición presente en todo Ecuador. Sin embargo, también puede afectar los negocios. Conozcamos más de esta costumbre de pedir un extra.

Era cerca del mediodía cuando Joel Marino Barzola, un empleado de aproximadamente 45 años, se dispuso a comprar un almuerzo en uno de los restaurantes entre las calles Rumichaca y 9 de Octubre del centro de Guayaquil.

Mientras disfrutaba de su almuerzo, conversaba sobre la situación por la que atravesó el país durante la paralización de transporte y su impacto en el alza de precios a los alimentos que provocó que varios comercios —por las protestas— empezaran a cerrar, cuando de repente se dijo con voz exigente: “Madrina, por favor, deme la yapa”.

La ’yapa’ es esa cantidad adicional a la establecida que se le da al cliente, como gesto de amabilidad, cuando ha consumido o comprado algún producto en un local comercial.

Mientras hablaba Joel Marino, al local de comidas entraron Ismael Iturralde y Joel Roquillo, trabajadores de una de las empresas de la zona bancaria, entre las calles 9 de Octubre y Pichincha. Ellos, al igual que don Barzola, pedían la ’yapa’ tras alabar el buen arroz con menestra, pollo frito y maduro que se habían servido.

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“Nosotros somos clientes fijos de este local, y la madrina (doña Mercedes Pilaloa, Meche para los amigos) nos atienden de maravilla, por lo que siempre le pedimos nuestro alguito de más en la comida: puede ser otra porción de arroz o, como hoy, que nos dieron más maduros fritos”, narró Ismael, tras llevarse un sorbo de jugo de limón por el calor que hacía en ese momento.

“Meche” —como le dicen a la dueña del local— mencionó que darles un poquito más a sus “clientes estrella” la llena de satisfacción porque sabe que su sazón es “muy bien saboreada” por sus comensales y no chista en servirles un poco más. “Aquí la gente se lleva comida a montones y a todos les mando una porción más para que vuelvan o me sigan comprando”, dijo la manabita, quien además explicó que esa ’yapa’ la considera como un “sígueme, sígueme” para atraer más clientela.

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¿Puede beneficiar la ’yapa’ a los locales comerciales?

Para la economista Keiko Lolín Moreira, la yapa tiene cuatro vertientes: dos de ellas es para beneficio tanto para el establecimiento comercial como para el cliente y las restantes pueden ser perjudiciales para el tiempo de vida del negocio.

“A todos nos gusta que nos den algo de más cuando compramos. Más aun cuando es comida. Pero lo que el cliente no sabe es que ese adicional que recibe resulta poco rentable para la sostenibilidad de lo restaurantes”, señaló la experta graduada de la Espol.

Además, indica que vendedores y comerciantes identifican el término como una solicitud del cliente para que se le otorgue más de lo adquirido por él. “Si el cliente adquiere 20 papayas, es probable que la vendedora le regale una o dos más”, puso como ejemplo la economista.

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Meche coincide que lo hace para ganarse al cliente, aunque para Lolín, este proceso es más integral, pues genera convivencia y un diálogo entre la persona que vende y quien compra, con el fin de alcanzar un acuerdo. No obstante, aclara que todo inicia con el regateo, y finaliza con el beneficio de la ’yapa’, gracias a una negociación que permite tranzar y lograr que se beneficien ambas partes.

¿Por qué queremos la ’yapita’?

La socióloga Martina González Arregui comentó a EXTRA que esto se da para que la persona regrese y adquiera nuevamente los productos, coincidiendo con el comentario de Mercedes Pilaloa; aunque revela que en la actualidad es probable que los locales suban los precios de sus productos —en este caso de los almuerzos— para que el comprador provoque el regateo y finalmente la petición del adicional.

“El concepto de yapa ha venido transformándose con el tiempo. Ahora como ya forma parte de la cultura del ’guayaco’, los centros de abastecimientos, restaurantes y locales comerciales elevan sus precios de manera sutil para impactar en el consumidor, que finalmente termina de pagar el precio real”, acotó González.

De otro lado, la economista Lolín asegura que los mismos empresarios, con propuestas de marketing y estrategias de mercado, hacen que la ’yapa’ esté incluida en los productos o servicios que se ofrecen al público.

“Cuántos de nosotros hemos visto en un local: compra dos porciones de papas y te damos de yapa un vaso con cola”, expresó, porque en este caso el precio de la gaseosa ya está incluido en el combo de las papas.

Ante todo, sostuvo la socióloga que este modo de comprar y vender es parte de la cultura del ecuatoriano, donde específicamente se trata de llegar a un acuerdo para satisfacer ambas necesidades. Así las cosas, todo indica que en Ecuador habrá yapa para rato.

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