Ecuador vive un luto masivo y extendido, en especial miles de familias de Guayaquil, debido a la pandemia del coronavirus que llevó al Gobierno a decretar el estado de excepción y un toque de queda por el crecimiento exponencial de víctimas.

En solo 13 de estos 40 días la familia Peñaherrera Piza perdió a cinco de sus miembros. Lissette Peñaherrera relata a EXPRESO, con tono entristecido, que el domingo 5 de abril falleció su abuelo, Isidoro, por el COVID-19.

Tres días después, el miércoles 8 de abril, le avisaron que había muerto su tío Felipe. Cuatro días luego, el 12 de abril, su tío Justo.

Con la pérdida de tres familiares ellos anhelaban que el tiempo se detuviera o que alguien los despertara de la pesadilla. Pero el calendario siguió su camino y el teléfono no paró de sonar para informar de las malas noticias.

El jueves 16 de abril, la llamada fue desde España: “Había fallecido mi prima, Fabiana, ella tenía 17 años. Se contagió de coronavirus, ella era una paciente que tenía cáncer”, dice Lissette.

Lamentablemente los fallecimientos no se detuvieron, el sábado 18 de abril, se durmió en la muerte su tía Esmeralda. “Pero, ella es la única que fue por muerte natural. Tenía 100 años de edad. Mis otros familiares que murieron tenían entre 50 y 80 años de edad”, cuenta la joven.

Precisa que cada quien vivía en casas separadas y durante la cuarentena no se visitaron. Todos ellos se contagiaron en situaciones diferentes, “por ejemplo, mi tío Felipe era taxista. Él salía a trabajar y allí se contagió”.

El dolor que vivió esta familia, agravado por el hecho de ni siquiera poder despedirse de sus difuntos con una misa o acompañarlos en el sepelio, se repitió en miles de casas guayaquileñas.

Al terminar los primeros 40 días del confinamiento obligatorio, las cifras todavía difieren y el número exacto de quienes se contagiaron y de quienes murieron por esta causa, parece que será ya imposible de establecer.

Como se ha dicho, las cifras oficiales no reflejan la magnitud de la tragedia que ocurrió en este periodo. Por ejemplo, hasta el 23 de abril, según el Ministerio de Salud, en el país había 560 fallecidos por coronavirus confirmados. De allí que el cuadro adjunto que resume este periodo incluye cifras y datos de otras entidades, las cuales permiten un acercamiento más real a la tragedia colectiva.

Una tragedia en la que todos los sectores lamentan víctimas.

Entre los afectados, en primera línea, el personal de Salud. El Colegio de Médicos del Guayas cuestiona los elevados precios de los exámenes para diagnosticar.

También están los taxistas, 133 hasta ayer. George Mera, líder del gremio, comentó que por temor al contagio muchos conductores no están saliendo a trabajar.

Los habitantes de las ciudadelas y barrios han vivido escenarios distintos. Todavía es común las aglomeraciones en ciertos sectores, pero hay otros que se han visto este tiempo como una oportunidad para fomentar los lazos familiares y comunitarios.

Para Francisco Huamán, presidente del directorio comité La Puntilla, con el pasar de los días, los residentes se han adaptado y están más tranquilos.

Igual se expresa Guillermo Ayala, presidente de la federación de urbanizaciones de la vía a la costa, quien argumenta que sus vecinos cumplieron de forma disciplinada con la cuarentena. “La mayoría de las urbanizaciones realizaron sanitizaciones y labores de saneamiento”.

No obstante, José Rebolledo, morador de las calles Ximena, entre Padre Solano y Alejo Lascano, comenta que en el sector han sido constantes las aglomeraciones de personas que llegaban para realizar la compra de medicinas y vitaminas.

Estos son los diferentes escenarios que se han dado en estos 40 días de estar en casa por el coronavirus. Lo más traumático fueron las escenas de cuerpos que pasaban por días en las casas esperando que los retiren para recibir cristiana sepultura; así como la angustia de quienes todavía buscan a sus familiares en las morgues de algún hospital. Toda una pesadilla de la que se intenta despertar en mayo.