Dos grupos de boticas azuayas venden medicinas a precios menores que el de las cadenas farmacéuticas y boticas independientes. Allí y en otras ciudades del país se repite la situación de que un mismo producto puede tener múltiples precios según el lugar donde se lo compre, el laboratorio fabricante o el país de procedencia.

Así lo evidencia una reportería de los corresponsales de EXPRESO efectuada en diversas provincias. Ellos consultaron un mismo grupo de fármacos que en días pasados se cotizó en Guayaquil y en otros países, como parte de una publicación. Entre los datos hallados sobresale el grupo de farmacias cuencanas que expende a un precio más bajo que las cadenas.

Son principalmente adultos mayores y personas en estado de vulnerabilidad, cuyas enfermedades crónicas requieren de medicamentos continuos, los que se han convertido en clientes, usuarios o como les dicen, “beneficiarios” del servicio que prestan las Farmacias Municipales Solidarias E.P., Farmasol; y las relacionadas con el Instituto del Niño y la Familia (INFA).

Así lo pondera Martha Loja, de 86 años, quien desde hace cinco adquiere en estas boticas los medicamentos para tener una mejor calidad de vida. Ella requiere constantemente de paliativos para el dolor como ibuprofeno, tramal, cardionil y vitaminas, los cuales adquiere en Farmasol a precios mucho más bajos que en el resto de farmacias y boticas de Cuenca, asegura.

Por ejemplo, la compra de su receta fue de $ 36.50, pero canceló $ 29,30, beneficiándose del 20 % de descuento. “Con eso me alcanza para comprar los huevos, la leche y el pan”, dice Martha mientras sonríe.

Ella es una de los alrededor de 176.000 usuarios que mensualmente adquieren medicinas en uno de los cincuenta puntos con que cuenta Farmasol, Empresa Pública Municipal.

Se trata de un servicio donde no se estima el lucro, asegura Jorge Ulloa, gerente de la cadena. Los precios de los medicamentos, suplementos nutricionales y productos de cuidado y aseo personal son ‘solidarios’, esto es, mucho más bajos que en el resto de boticas y farmacias particulares. Se sustenta en tres aspectos: sin fin de lucro, el volumen y la solidaridad. Los productos son tanto de marca como genéricos, adquiridos directamente a las empresas farmacéuticas y distribuidores, afirma.

Las compras de fármacos e insumos las realizan en volúmenes altos, pero tomando en consideración que la fecha de caducidad sea para largo plazo. Estas adquisiciones son con grandes descuentos y promociones, los que se trasladan directamente hacia los usuarios con los descuentos que van desde 8 al 20 por ciento del valor de la receta.

La sustentabilidad de la cadena se asegura con un margen de utilidad, la que permite mantener operativo el sistema. El resto de las ganancias se reinvierten en productos, explica Jorge Ulloa tras precisar que es una empresa pública municipal, pero no depende económicamente de la Municipalidad de Cuenca.

Nació en 2004 y son ya 19 años de contribuir a que la ciudadanía y los grupos de atención prioritaria mejoren su calidad de vida a través del acceso a medicamentos y a otros productos básicos de salud e higiene a precios solidarios.

El sistema se complementa con el programa ‘Botiquines Móviles’, enfocado en transferir de manera directa los beneficios a quienes más lo necesitan y apoyar a las instituciones del frente social y salud municipal; a través de la prestación de servicios de salud, expendio y donación de medicamentos.

Se aspira a una reforma a la Ordenanza Municipal para proporcionar servicios médicos gratuitos, agrega Ulloa tras indicar que Farmasol tiene locales en Cuenca, parroquias rurales y algunos de los cantones del Azuay. En cifras, representa el abastecimiento farmacéutico del 17 % en la capital azuaya, el 13 % en las parroquias y el 12 % en toda la provincia.

Y lo más importante “hay de todo. Son pocas las veces que ha escaseado algunos de los medicamentos”, asevera Rosa Chuya, quien compró una receta de 17.36 dólares y le descontaron el 12%, por lo que pagó 15.20.

Del grupo relacionado con el INFA, no fue posible obtener detalles sobre el mecanismo para expender a precios rebajados. En la entidad indicaron que el representante del organismo facultado para dar esos detalles, se encuentra de vacaciones. El gráfico adjunto permite visualizar las diferencias de precios entre provincias. Y entre farmacias.

• Las diferencias se notan más en los totales

A simple vista, las diferencias en los precios del cuadro adjunto -entre una farmacia y otra; o entre una provincia y otra-, parecen mínimos. Sin embargo, al considerar los totales, es otra cosa. Por ejemplo, en Ambato, en un lugar la lista sumó $ 91, en otro $ 97,59; y en la más cara, $ 112,29. Más de $ 20 adicionales.

Otra ciudad donde en conjunto también hay algunos de los precios más bajos del gráfico es Esmeraldas. Aunque no se pueden señalar como causas, sí cabe anotar que es una provincia con un alto porcentaje de población de bajos recursos. Y que es fronteriza con Colombia, país donde según afirman muchos ecuatorianos, los medicamentos son más baratos.                                               

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