La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la principal organización mundial dedicada a combatir el hambre, emitió un boletín el pasado 25 de marzo, donde sostiene que la suspensión de las operaciones agrícolas y la interrupción de las cadenas de suministro en diferentes países causadas por el brote de coronavirus podrían causar una escasez de alimentos en todo el mundo.

"Nos arriesgamos a sufrir una crisis alimentaria inminente si no se toman medidas rápidas para proteger a los más vulnerables, mantener vivas las cadenas mundiales de suministro de alimentos y mitigar los impactos de la pandemia en todo el sistema alimentario", reza el texto.

Según el organismo, el suministro se verá interrumpido debido al impacto de la enfermedad por el virus, lo que afectará la vida y el bienestar de las personas, pero también a los esfuerzos de contención que restringen la movilidad.

Además, hace hincapié en que la caída en la demanda de productos se deberá al aumento de la incertidumbre, el incremento del comportamiento cauteloso, los esfuerzos de contención y el aumento de los costos financieros, lo que reducirá la capacidad de gasto de las personas.

En una entrevista para The Guardian, Maximo Torero, economista de la FAO, advirtió que las medidas proteccionistas de algunos países crearían problemas en cuestión de días.

“Lo peor que puede pasar es que los gobiernos restrinjan el flujo de alimentos. Todas las medidas contra el libre comercio serán contraproducentes. Ahora no es momento de restricciones ni de establecer barreras comerciales", expresó Torero, quién destacó que actualmente nos encontramos en el momento de proteger el flujo de alimentos en todo el mundo.

Los principales problemas que se enfrentan en cuestión alimentaria son la falta de trabajadores en el campo debido a las cuarentenas, la imposición de aranceles y la prohibición de exportaciones.