
Cinco familias tienen casi un ano viviendo en un albergue
Son cinco familias las que trabajan pelando cebolla y realizando trabajo forzoso en el campo para llevar el sustento diario hasta las inmediaciones del colegio Técnico Ricaurte, que desde un año se ha convertido en su refugio.
La primera semana de febrero del año pasado, fueron sorprendidos por la fuerza de la naturaleza que rompió un muro de tierra del río Catarama, que dejó anegado a todo el recinto Manabí Chiquito.
Los damnificados revelan que les ha costado adaptarse a vivir en medio de cuatro paredes, pero lo que más les preocupa es no poder regresar a sus hogares por ser considerados sitios de alto riesgo.
En un recorrido que los perjudicados realizaron en sus propiedades, el fin de semana, las encontraron llenas de lodo, con las paredes y puertas destruidas. El efecto del invierno también ha ocasionado que los cultivos de ciclo corto queden sepultados con sedimentos que salieron con el desbordamiento del afluente. En la zona existen más de 200 hectáreas de sembrío de arroz perdidas. TOF