
Las calles se ‘calientan’ pero la protesta es fraccionada
Los taxistas tienen dudas del acuerdo firmado el miércoles. Los trabajadores definen movilizaciones el 31 de julio. El correísmo buscó apoyo sin mayor éxito.
El escenario es el mismo, pero cada quien va por su lado. En la semana que termina varios sectores optaron por las calles para dejar sentado su malestar por las políticas implementadas por el Gobierno de Lenín Moreno. Los resultados fueron tan dispersos como las manifestaciones.
La movilización más nutrida fue la de los taxistas regulados que tienen su propia problemática. La eliminación de las plataformas tecnológicas como Uber y Cabify están en la cima de los reclamos de los conductores. Tras la marcha del miércoles y la reunión con el viceministro de Transporte y Obras Públicas, Iván Carvallo, hubo algarabía entre los dirigentes del taxismo. Las autoridades se comprometieron a regular el uso de estas aplicaciones para que puedan operar, hasta tanto saldrían de funcionamiento.
Pero la alegría duró menos de 24 horas. El ministro de Telecomunicaciones, Andrés Michelena, señaló que no era posible bloquear el uso de estas plataformas. Es más, dijo que estas brindan un servicio a la ciudadanía, sin desconocer que deben formalizarse.
Ayer había decepción y desconcierto en la dirigencia del taxismo. Carlos Brunis, presidente de la Unión de Cooperativas de Transporte en Taxis de Pichincha, dijo que esperarán unos días para ver cuál de las dos versiones se cumple en el Gobierno. A finales de agosto, el gremio se reunirá para analizar si regresan a las calles.
Ese mismo día el pueblo Waorani Baihuari marchó a la Asamblea Nacional para pedir a los legisladores que no se permita más explotación petrolera y tala de árboles. La sesión quedó a medias ante la falta del ministro de Trabajo, Andrés Madero, que había sido citado para que escuche los pedidos de los integrantes de este pueblo.
En la mitad de estas movilizaciones se ubicó el correísmo tratando, sin éxito, de capitalizar apoyos a su llamado a un paro nacional que iniciarían la tarde del martes y se debía intensificar con el pasar de los días. Nada de eso sucedió.
Por el contrario, los que marcharon esta semana y los que prevén hacerlo en el futuro, como el Frente Unitario de Trabajadores (FUT) que definirá las acciones que serán tomadas el 31 de julio, marcan distancias con este grupo.
Mesías Tatamuez, presidente del FUT, le dijo a EXPRESO, que están preparando una gran movilización para oponerse a las reformas laborales, la explotación minera y a los acuerdos firmados con el Fondo Monetario Internacional (FMI). “Todos tienen derecho a manifestar su descontento pero un paro nacional no se hace de la noche a la mañana, es necesario organizarse como ya lo hicimos en la época del correísmo”, señaló Tatamuez.
Al respecto, la ministra del Interior, María Paula Romo, respondió a este Diario que el Gobierno mantiene una buena relación con las organizaciones de trabajadores, incluso con aquellas que no están de acuerdo con decisiones que han tomado.
Datos
Rechazo
El movimiento indígena expresó ayer su rechazo al inicio de la explotación minera a cielo abierto. No se descarta que organizaciones como Ecuarunari se unan a la marcha del FUT.
Exhorto
La Superintendencia de Poder de Control del Mercado exhortó ayer a que se busque una solución que beneficie a los usuarios y la libre competencia dentro del reclamo de los taxistas.