
Buscando a Dios a traves del yoga
Una alfombra de yoga también puede ser un templo. Así por lo menos lo entendió el padre César Dávila, sacerdote católico que fundó la Asociación Escuela de Autorrealización (AEA).
Una alfombra de yoga también puede ser un templo. Así por lo menos lo entendió el padre César Dávila, sacerdote católico que fundó la Asociación Escuela de Autorrealización (AEA).
El religioso conoció la disciplina oriental en los años cincuenta y descubrió que a través de ella se podía fortalecer la fe, no solo la cristiana, sino todas.
La primera escuela abrió sus puertas en el patio de su casa a mediados de los años setenta. Actualmente tiene siete sedes, tanto dentro como fuera del país. En la urbe, esta funciona en el kilómetro 3,5 de la vía a Samborondón. Ahí cerca de 150 estudiantes intentan acercarse a Dios a través de la meditación.
Así también lo comprendió Ángel Ledesma, actual director de la institución.
“Era 1974. Mi novia de entonces, hoy mi esposa, había conocido al padre Dávila y ella me llevó a mi primera práctica de yoga. El padre nunca lo planteó como un ejercicio, sino como una práctica integral. Esta meditación no era reflexiva, sino el concentrarse pensando en Dios”, comentó.
La escuela es reconocida por la Arquidiócesis de la urbe como una agrupación laica de oración contemplativa.
Los cursos funcionan como lo haría una academia regular y ofrece a sus estudiantes un sistema de siete módulos donde se profundiza en el concepto de yoga y cristianismo.
El programa tiene una extensión de tres años.
Las sesiones se realizan entre semana en horarios diurnos y nocturnos, tienen una duración aproximada de una hora, tiempo en el que se realizan ejercicios de energización, hatha yoga, relajamiento y meditación.
Actualmente están iniciando su nuevo ciclo que se lleva a cabo de lunes a jueves.
Ledesma reafirma que esta es una práctica para gente de todos los credos.
“Hay gente que cree que el yoga y el cristianismo o el catolicismo están en una disyuntiva, que son opuestos y no es así. El yoga reafirma la fe de cada persona, no hay una intención de conversión, sino de desarrollar una práctica de espiritualidad cimentada en la meditación y la oración”. MTN