Sobre el bicentenario
No cabe la menor duda de que la próxima celebración del Bicentenario de la Independencia de Guayaquil (1820-2020) tiene que ser la rememoración de uno de los más importantes eventos históricos de transformación económica, social y política de la ciudad, cuando esta constituía aún toda una región.
Han pasado dos siglos y todavía historiadores, académicos y no especializados estudian y analizan por qué ese hecho fue diferente del 10 de Agosto de 1809. No solo en cuanto a los objetivos y efectos que generó sino sobre todo a su éxito y a las perspectivas que abrió a la independencia definitiva.
Por esto la celebración del bicentenario debe estar enfocada esencialmente en las ideas básicas que fundamentaron, determinaron y guiaron esa transformación política de la antigua Provincia de Guayaquil (casi todo el litoral ecuatoriano). También en lo central que ella legó y que según conocedores del tema constituyó la columna vertebral de ese evento.
Se pueden resumir en cinco las ideas ejes del proceso: libertad, independencia, autonomía, emprendimiento sin ataduras, y espíritu colectivo de solidaridad y acción.
Mucho se puede decir y discutir respecto a si estos aspectos son las ideas vertebradoras y esenciales de la transformación octubrina. Sin embargo, quienes con atención se detienen a estudiar y analizar los logros que esa revolución dio a la ciudad-puerto, a la región litoral y al conjunto del país, estarán de acuerdo en que esas ideas-ejes son los principales elementos estructuradores de tan trascendental cambio sociopolítico, el cual se produjo en la segunda década del siglo XIX.
Más allá de la discusión, debemos centrarnos y concentrarnos en que la Revolución de Octubre, como hecho socioeconómico, político, ideológico y cultural, configuró, definió y orientó lo que hoy se puede llamar la acción cívica y sociopolítica de los guayaquileños por la libertad.
Valga la oportunidad de los preparativos que se llevan adelante para rememorar los dos siglos de la transformación de Octubre de 1820, para decir que es significativo que los guayaquileños (y también los radicados aquí, que la asumen como su urbe) se comprometan a participar activamente en la celebración del bicentenario de esta importante acción patriótica y del extraordinario legado histórico que la gesta revolucionaria dejó por la libertad, la independencia y la autonomía.