El domingo 19 de noviembre se consolidó la victoria de Javier Milei en Argentina, convirtiéndose así en el primer presidente libertario del mundo, lo cual ha despertado muchas interrogantes sobre la forma de gobierno que se implementará. Lo que sí es claro al momento, es que este nuevo gobierno se basará en tres pilares: gobierno limitado, respeto a la propiedad privada y comercio libre.

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Milei se convirtió en el presidente de Argentina gracias al apoyo del 55,69 % de votantes, mientras que Sergio Massa del oficialismo, obtuvo el 44,30 %. Es así, como más de la mitad de los argentinos ejercieron el derecho más preciado de la democracia, votando por la alternativa al peronismo, que no supo ni pudo hacer frente a la peor crisis económica de la historia del país.

Las consecuencias del gasto desenfrenado, la explosión de la pobreza (la mitad de los argentinos hoy son pobres) y la indigencia (el 10 % de la población vive en estas condiciones) fueron de entre los factores por los que la mayoría se decantó por Milei. Los argentinos demostraron que antes de vivir de rodillas, votar por Milei era la decisión correcta.

El fracaso del oficialismo en Argentina no es coincidencia, de acuerdo al profesor Gerardo Munck de la University of Southern California, existe una tendencia desde 2019 donde en cada elección democrática celebrada en América Latina, con la excepción de Paraguay, los candidatos de gobierno han perdido las elecciones. Esto parece demostrar que una de las claves electorales en la región es el rechazo a los gobiernos de turno, sin distinción de la ideología que promuevan.

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Este comportamiento electoral es positivo durante las campañas, porque el candidato de la renovación u “oposición” se puede valer de un rol antagonista para demostrar que el gobierno ha fracasado en su gestión, que ha defraudado a su electorado y que resulta inevitable el cambio para superar la crisis. El desafío más importante de Milei será dejar su discurso de oposición, para convertirse y demostrar que puede ser un gran gestor de la cosa pública.

Para que Milei logre un buen gobierno tendrá que remar contra corriente, algo que en América Latina no es novedad cuando se trata de implementar políticas públicas. Para ser consecuente con sus ideales, este tendrá que sostenerse de los pilares que promovió su mentor y uno de los autores de la Constitución Argentina de 1853, Juan Bautista Alberdi: la seguridad jurídica, confianza económica y estabilidad política.

Por su nivel de gravedad y complejidad, la situación económica se deberá atender con prioridad a partir del 10 de diciembre, fecha en la que Milei se posesionará como presidente. En declaraciones anteriores, Milei aseveraba que su intención al llegar al poder sería eliminar el Banco Central y consecuentemente dolarizar la economía.

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Milei sostiene que esta es la única forma de ponerle fin a la inflación desmesurada del país. Esta decisión, será polémica y como ya lo manifestó durante su discurso de victoria, “habrá muchos que estarán en contra”, pero son estas las difíciles medidas que tendrá que adoptar para sacar del hueco en el que se encuentra Argentina.

Las expectativas son bastante altas, los argentinos han depositado lo último que les queda de esperanza en Milei y por el bien de la región latinoamericana, solamente sería lógico que auguremos que este gobierno ponga fin a los periodos de desidia y corrupción del peronismo que tanto daño le hicieron a esta nación, que poco tiempo atrás era fuerte económicamente, orgullosa de su cultura y próspera como lo declararon los padres fundadores durante la Revolución de Mayo.

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