Acto fallido

Dice la psicología que las consecuencias de un acto fallido son devastadoras y en acto fallido ha terminado el desafío de la red de maestros partidarios del gobierno para un debate entre los dos candidatos finalistas a la Presidencia de la República.

Los organizadores del debate, que más parecía una encerrona en el patio, ni siquiera de los leones sino de las hienas, supusieron que el adversario no aceptaría debatir en las condiciones en las que se pretendía organizar el evento. Es decir, con la fundada sospecha de que las preguntas y respuestas serían previamente preparadas para el candidato oficial, porque todos sabemos que este carece de los conocimientos indispensables para concurrir a debatir.

Y en efecto, los organizadores eran áulicos del Gobierno y el presunto moderador era un periodista que trabajaba en CNN y que estuvo muy próximo a la política de los Estados Unidos, pero que de pronto salió de allí y fue a parar en una cadena de televisión que se caracteriza por un castro-chavismo extremista. Como todo tránsfuga, radicaliza su nueva posición para evitar que sus capitostes duden de su conversión.

Con este panorama era presumible que el adversario se negaría a concurrir a la cita del debate. Pero por el contrario, Lasso, demostrando coraje y valentía, aceptó el debate en esas condiciones y dejó a los organizadores perplejos, que buscaron una salida y creyeron encontrarla poniendo unas nuevas condiciones previas, inaceptables para cualquier ciudadano de honor. Aun así, Lasso se demostró dispuesto a debatir, a sabiendas de que su adversario carece no solo de elementales conocimientos de ciencia política, es decir de organización del Estado, sino incluso de carácter cultural, aunque afirme que lee filosofía y que le gusta la física cuántica, o sea que es una especie de Einstein, más que este, que era físico y no filósofo, y su teoría de la relatividad es un intento para entender la composición esencial del universo y la materia.

El acto fallido del oficialismo habrá terminado en un desastre para la candidatura continuista, aunque como ha dicho Lourdes Tibán, se consideren las afirmaciones científicas del continuista como uno de sus agrios chistes.

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