
En la 9 de Octubre subsisten bienes desocupados por anos
“De este lado la actividad comercial es casi muerta”, dijo uno de los propietarios de un predio ubicado a la altura de la calle Tulcán y que prefirió mantenerse en el anonimato.
El ala oeste de la avenida 9 de Octubre, aquel tramo que inicia a un costado del parque Centenario y termina justo a orillas del estero Salado, se asemeja a un rompecabezas al que le faltan piezas.
En esas 13 cuadras, así como hay obras que no están terminadas aún, existen edificaciones que durante largos periodos se quedaron sin ocupantes. Un panorama que no es reciente.
“De este lado la actividad comercial es casi muerta”, dijo uno de los propietarios de un predio ubicado a la altura de la calle Tulcán y que prefirió mantenerse en el anonimato.
Él es dueño de un terreno de 400 metros cuadrados que puso en alquiler, pero sobre el que han habido pocos interesados. “Pensamos hacernos cargo nosotros mismos de su desarrollo. Haremos un parqueadero”.
Ese solar es precisamente uno de esos puntos grises que tiene la avenida. En casi 13 años el predio ha estado desocupado. En los alrededores existen otros.
Los dueños de una cadena de hoteles de hospedaje por momentos dejaron inconcluso lo que se aspiraba a que fuese el primer motel de la avenida. El Municipio se opuso a tal proyecto y paralizó la obra.
Lleva cerca de 10 años convertido en un esqueleto de hierro en ese paisaje urbano.
Hay también edificios desocupados. En el número 1407 está el edificio Buendía, de siete plantas, construido en la década de los 50. Hasta hace dos años, solo la planta baja estaba ocupada por la empresa aérea Tame, que es la dueña.
Desde diciembre de 2013 también está desocupado el edificio que por cerca de 50 años ocupó la sede del Consulado General de Estados Unidos. Luego del traslado del ente diplomático se había decidido su alquiler, algo que al parecer aún no se concreta.
Cada predio tiene su particular historia. En todo caso, un edificio sin ocupantes o un solar sin construcción es como una pieza faltante en el rompecabezas urbano y genera un efecto de desaceleración en el ritmo de este tramo de la avenida, donde apenas existen 27 edificios de más de seis pisos y hay poca inversión.
En cinco años, solo se han dado tres. Una de estas, la transformación de un edificio construido en 1952 en un hotel de lujo: el Man Ging. Un trabajo que costó $ 10 millones.
Hace poco el Colegio de Abogados del Guayas readecuó otro edificio antiguo, mientras que la empresa Anglo Ecuatoriana ejecuta una labor similar en un inmueble de siete pisos a la altura de José Mascote.