46 anos despues

Hace algunas semanas visité el Hospital de Especialidades Guayaquil Dr. Abel Gilbert Pontón, en donde dos paladines de la salud: Francisco Ceballos O. y Luiggi Martini R., constituidos en una especie de duo dinámico, han logrado con tesón, elevado profesionalismo y transparencia, transformarlo, convirtiéndolo en un centro de alta jerarquía hospitalaria.

Se han implementado servicios de gran importancia, como cirugía cardiovascular, oftalmología, urología, oncología, gastroenterología, neurocirugía y nefrología, habiéndose además remodelado las áreas de traumatología posquirúrgica y de emergencia, la UCI, la de observación crítica y el centro quirúrgico, con 5 quirófanos de emergencia y 6 de alta complejidad. Adicionalmente, se han implementado nuevas salas de espera y el laboratorio clínico y patológico con tecnología de punta.

Estas realizaciones, ratifican el criterio de que no son las estructuras, muchas veces ampulosas e inservibles, las que tiene impacto en salud, sino aquellas que al margen de su dimensión, cuentan con profesionales altamente preparados y un personal administrativo y de servicio lleno de amor a la camiseta y mística de servicio.

Hace unos días participé con otros compañeros en el acto de develización del busto del patrono del hospital a cargo de su nieto el Dr. Roberto Gilbert FC. y de una fotografía panorámica donde estamos los 15 pioneros que imbuidos del fuego de Esculapio e Hipócrates, nos entregamos de lleno al servicio del hospital desde el mes de octubre de 1973.

En un acto intimo y cálido, recordamos a nuestro primer director, Eduardo Iglesias Espinel, quien con capacidad, firmeza y gran espíritu nos amalgamó y formó un equipo cuya gestión fue en extremo exitosa.

Hubo reminiscencias y se contaron anécdotas de nuestra vida hospitalaria, y dejamos un mensaje a las nuevas generaciones, recordándoles las palabras del eminente nutriólogo mexicano Rafael Ramos Galván, cuando expresó: “En la vida no hay mayor placer que servir; y sirviendo, sentir la nostalgia de servir”.

¡Por una verdadera salud para el Ecuador!

Y sigo andando...