Organizaciones de la sociedad civil ya piensan en los mecanismos que se podrían aplicar para hacer que los candidatos definitivos a la Alcaldía de Quito presenten planes y propuestas concretas y viables sobre los temas que preocupan y piden solución los habitantes de la capital.

Aunque pueden ir variando en orden, los principales problemas que enfrenta la ciudad están identificados, al menos, para los ciudadanos. La iniciativa Quito Cómo Vamos se encuentra trabajando en la encuesta de percepción ciudadana, cuyos resultados serán presentados en octubre, mes en el cual estarán más claras las candidaturas. A inicios de este año ya hubo un primer diagnóstico con datos obtenidos en los últimos meses de 2021. Ahí se determinó que la inseguridad es el tema que más preocupaba a los residentes de Quito y esta tendencia se mantendría en el nuevo análisis.

La exconcejala de Quito y coordinadora de esta iniciativa, Daniela Chacón, dijo que el robo es lo que más inquieta, porque cuatro de cada diez personas lo han sufrido en los últimos tiempos; además, que hay un mal uso del espacio público, lo que aumenta la inseguridad.

“Este tema incumbe a los municipios. La convivencia ciudadana es una competencia municipal, así que los candidatos a alcalde no pueden argumentar que es una competencia del Gobierno central y lavarse las manos”, señaló.

El segundo problema se debate entre la movilidad y el desempleo. Más del 60 % de quiteños califica como malo el servicio de transporte público, lo que se suma a la falta de arreglo de las calles y vías. El año pasado, el desempleo, con un 20,2 %, era el segundo problema que se consideraba enfrentaba la ciudad.

“De ahí viene la corrupción. En 2021 este tema estaba en cuarto lugar y ahora lo tenemos en tercer puesto, de acuerdo a las preguntas que hemos planteado sobre la confianza en las instituciones municipales y sobre el 60 % dice no confiar”, explicó Chacón.

El exalcalde de Quito, Paco Moncayo, le dijo a EXPRESO que los problemas de la capital no pueden ser abordados por partes o temas, sino de forma integral, dando un primer paso: aprobando su estatuto económico y asuma definitivamente la condición de Distrito Metropolitano.

Eso permitiría darle a la ciudad una reorganización territorial y política. Además, que exista una reforma profunda del aparato municipal y el saneamiento de las empresas y la participación ciudadana en la planeación de la ciudad, para que no llegue cada alcalde a querer cambiar los objetivos a su conveniencia.