Una pertinaz lluvia cayó en Quito y en el barrio Virgen del Cisne, sur de la ciudad, sufrieron el embate de la naturaleza. En un punto conocido como la Puerta Negra, un muro de contención que estaba en la cancha comunal se desplomó.

Luis Yánez, morador, cuenta que la antesala a esa desgracia fue el azote de un rayo. “Tronó en el cielo y cuando se calmó un poco se sintió un fuerte temblor”.

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En ese momento se escuchó: ¡vecinos, se cayó el muro! Salieron y evidenciaron lo que hace tiempo atrás ya alertaron. Según Yánez, aquella pared tenía filtraciones de agua y las autoridades fueron prevenidas para que hicieran algún reforzamiento, pero el desplome llegó mucho antes.

Yánez tiene su casa junto al lugar del desastre y, por fortuna, no se destrozaron las bases de la estructura porque si no otro sería el ‘cantar’. “También se destruyó una parte de la casa comunal y está en riesgo la casa de un vecino”.

La vivienda de Cristian Cabrera, cuyo hogar está al pie de la cancha, estuvo a punto de ser destruida por los escombros. “La tarde que ocurrió esto, yo estuve trabajando. Cuando me llamaron para contarme, vine lo más pronto. Por fortuna no hubo daños personales”, detalla.

La avalancha se quedó en la cancha y durante la mañana del 27 de diciembre, trabajadores municipales limpiaban.

Fernando Tovar, gerente de Obras Públicas de la Epmmop, detalló que la causa del derrumbe fue que el agua subterránea aumentó el volumen de la tierra y empujó el muro.

“Lo que hicieron, por ahora, fueron mitigaciones a corto plazo, como colocar un plástico para evitar que se siga saturando el muro. Eso también evitará que la ‘mesa’ de la vía siga colapsando”.

Ese es otro problema que se generó, ya que la calle adoquinada corre el riesgo de seguirse desmoronando. Y eso aterroriza a Virginia Caizaluisa, de 75 años, porque su hogar está en la vía. “Estábamos sentados con mis hijos y mi esposo cuando todo tembló. Después se escuchó un estruendo y pensamos que hubo un choque de carros, pero no fue así”. Al salir se percataron de la magnitud de la desgracia.

Para frenarla un poco, también se construyó sobre el adoquín un sistema de conducción de agua -que viene desde la montaña y de un terreno- para captarla y encauzarla con el fin de que no entre por completo a lo que quedó del muro.

“Se cerró la vía para que no ingresen vehículos a la zona. Estamos buscando la infiltración de agua que provocó el colapso del muro y suponemos que viene de alguna casa cuyas tuberías no están conectadas legalmente al sistema de alcantarillado”, precisó Tovar.

En el Valle de los Chillos, cuatro viviendas resultaron afectadas por un deslizamiento de tierra en el barrio Selva Alegre. Una de las viviendas quedó completamente destruida, las paredes se vinieron abajo. Las vigas, los ladrillos y enseres quedaron a la intemperie.

Los afectados fueron evacuados hacia un albergue y viviendas de otros familiares.

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Israel Espinosa, director de Gestión de Riesgos del Municipio de Rumiñahui, explicó que realizaron el retiro de los escombros con maquinaria y colocaron estructuras metálicas para sostener una parte de la infraestructura que aún se mantienen en pie.

Otra de las emergencias que se registró fue en el barrio El Rancho. En este lugar el agua ingresó a las viviendas, los muebles y enseres quedaron bajo el agua. En total cinco viviendas fueron afectadas.

Espinosa señaló que en este caso el personal de Agua Potable está evaluando el sistema de alcantarillado para evitar futuras inundaciones.

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