El Metro de Quito no duró ni un mes sin grafitis. En uno de los accesos que tiene la estación San Francisco en el bulevar 24 de Mayo, en el Centro Histórico, se han observado (el 26 de diciembre) ya los primeros actos de vandalismo sobre la estructura de este servicio que fue inaugurado, de manera oficial, el 1 de diciembre de 2023.

EXPRESO hizo un recorrido por este lugar que, además, es conocido como la entrada secreta a este sistema, porque la conexión que tiene es diferente a las demás: se accede a través de una puerta que está debajo de la calle Cuenca, a diferencia de las escaleras que tienen otras paradas, aunque esta sí cuenta con una, pero está deshabilitada.

En la escalinata se puede ver basura sobre algunos escalones y es justamente en uno de los laterales de la bajada, sobre uno de los filos de metal, que está uno de los grafitis. Del otro lado, en la misma placa, hay una mancha con la misma pintura, de al menos un metro de extensión.

A un par de metros hay más textos escritos con pinturas. Han sido realizados sobre la pared de vidrio de uno de los ascensores de la estación. Este tampoco está en uso todavía, pero ya ha sido ‘víctima’ del vandalismo, pese a que -al igual que el otro acceso- está a poca distancia de una Unidad de Policía Comunitaria (UPC), en una zona considerada turística, pues desde el sitio se llega a la calle Juan de Dios Morales, del sector La Ronda, donde hay coloridos bares, restaurantes, un museo y otros atractivos.

Ante esta situación, EXPRESO consultó a algunos ciudadanos para conocer su opinión, pues este podría ser el inicio de una ‘epidemia’ de grafiteros que busquen tomarse las estaciones con sus nombres ‘artísticos’ o leyendas que hagan alusión a sus creencias o ideologías.

Ángel Ramírez, un turista que llegó desde Guaranda, cuenta que ha estado en Nueva York y que el Metro de Quito se le acerca bastante en belleza, pero lamenta que se empiecen a ver este tipo de actos que afean el servicio.

“Esto es de lo peor. Debemos tratar de mantener las cosas de la mejor manera. Hay que tener todo bonito. No quisiera que siga así, porque sino en poco tiempo vamos a ver cómo se empieza a destruir todo”, expresa el visitante.

La quiteña Sherly Tandazo tiene un pensamiento similar, pero añade que la entidad a cargo del Metro debería poner en cada puerta a alguien a cuidar o, por lo menos, tener cámaras de vigilancia que les permita estar alertas ante estos hechos.

La estudiante capitalina Ivette Jácome agrega que “está muy mal la actitud que tienen ciertos ciudadanos, porque hay que cuidar (...). Es un mal hábito que tienen los ciudadanos y que deberían mejorar eso y tener conciencia en que también se invierte dinero. El Metro es un lugar bonito por dentro y por fuera. Y ver eso no está bien”.

Luis Flores, un usuario, concluye que esta obra fue creada para la ciudadanía y que por eso “todos debemos cuidarla”.

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